EL 1-O

No todo está perdido

Hay temor, creo que de casi todos, ya que la factura de tanta división la acabaremos pagando todos

Imagen de la calle Aragó con Bailén llena de independentistas.

Imagen de la calle Aragó con Bailén llena de independentistas. / periodico

ANTONIO FRANCO

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No todo está perdido... porque desde hoy hasta el 1 o 2 de octubre todavía podemos perder más. Aún queda algo en Catalunya del viejo profundo respeto de los unos a los otros. Pequeños restos de lo que fue la antigua solidaridad democrática que hacía ir del brazo a quienes deseaban una España más descentralizada y con más respeto a los valores de las naciones que la componen, junto a los independentistas (a los que los primeros, cuando eran netamente mayoritarios, defendían en su derecho a existir y desarrollarse, y siempre habrían rechazado pintadas que pudiesen ser simétricas de las que ahora llaman 'botiflers' en fachadas de ayuntamientos cuyos alcaldes simplemente han decidido respetar las leyes vigentes). 

Hoy no todo está perdido y podremos quizá constatarlo cuando acabemos de perder cosas que todavía tenemos. Tomo prestado este desgarrador título de un diario ecuatoriano, 'Late', publicado después de que su selección de fútbol fuese derrotada por Perú. Recordaba a la gente que por muy mal que se sintiesen todavía les faltaba caer ante Chile y Argentina, las siguientes citas de su calendario. 

No todo está socialmente perdido, pero van cayendo cosas importantes y aumentan las desconfianzas. En la calle, en el comedor, en las reuniones, acabó la tranquilidad de hablar de todo. La división determina que hay que seleccionar cuidadosamente con quién se habla sobre según qué. Porque ha crecido la intransigencia, suben los tonos de desprecio y los abusos de supuestas superioridades morales y democráticas. Expresar lo que se piensa o se teme o se desea queda reservado para los familiares y los muy íntimos. 

El día 2

Me refiero a cómo estaremos el próximo día 2. Al futuro de Puigdemont (que anteanoche decía  en TV-3 que Rajoy quedaría "inhabilitado" el 1-O por la noche), Forcadell y Junqueras si pasa A. O qué les pasará a las pensiones o las cuentas corrientes de los Joseps y Maries si sucede B. O cómo nos apañaremos en una etapa fuera de la UE. O si fortalecemos indirectamente por más tiempo a ese inquilino de la Moncloa que tanto nos ha empujado hacia el precipicio a unos y otros. O qué sería eso de la autonomía intervenida o la independencia de rasgos desconocidos que nos han preparado en silencio inculcándonos la cultura de la desobediencia a las leyes democráticas vigentes. 

 Vamos perdiendo cosas. La última DiadaDiada, la Diada presentada formalmente como 'la Diada del Sí', ya no fue la fiesta de todos los catalanes. Enfrente, Rajoy antepone la defensa de la Constitución a su reforma, cuando la mejor defensa de ese texto sería reformarlo con modernidad y realismo, y ese es su apostolado para que no haya un 'sí'. Y ante eso, temor, creo que de casi todos, ya que la factura de tanta división la acabaremos pagando todos. Será el regreso a cierta unidad