tú y yo somos tres

Tele 5 parodia a Paolo Vasile

FERRAN MONEGAL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Nunca he seguido con entusiasmo 'La que se avecina' (Tele 5). La sigo por obligación de mi oficio. No por gusto. Celebro, eso sí, que el honroso género teatral de la astracanada también tenga -con notable éxito- su subgénero televisivo. Pero deploro la extenuación que su trama argumental produce. Las trifulcas de ese patio de vecinos, estiradas industrialmente como un chicle, me resultan iterativas. Cansinas. Ha ocurrido no obstante esta semana, en la emisión del capítulo 100, un suceso resaltable. En la trama argumental han incluido un 'sketch' en el que sale una especie de clon de Paolo Vasile. O sea, han imitado al consejero delegado de la propia cadena que les cobija. ¡Ahh! Es un sano atrevimiento. Insólito en la historia del telehipódromo estatal. Parodiar a Vasile en Tele 5 es como entrar en el cielo y parodiar a Dios. O sea, un valeroso ejercicio.

La imitación no ha tenido, no obstante, la 'finezza' que la ocasión merecía. El actor encargado de la hazaña pretendía hablar con acento italiano, pero le ha salido un extravagante pupurrí lingüístico. Sonaba entre trasteverino, armenio y parisino. O sea, mitad Charles Aznavour y mitad Torrebruno. El acento romano de Vasile -con quien he tenido el placer de mantener disfrutables conversaciones- posee una sonoridad muy característica. Le imprime, además, una retranca, una ironía, un 'mordente', realmente singulares. La escena de la clonación que han construido en la comedia sí ha tenido, en cambio, un argumento interesante.

Los personajes de 'La que se avecina' de pronto se rebelan. No quieren seguir siendo carne de guión. No quieren seguir manipulados. Quieren salir de la ficción y vivir su vida. Y se presentan ante Vasile para que les dé la libertad que ansían. ¡Ah! Es una variante, rudimentaria, que recuerda vagamente al gran Luigi Pirandello y sus 'Seis personajes en busca de autor'. Y que me perdone Pirandello que a lo mejor se está removiendo, molesto, allá en su tumba de Agrigento, frente al mar de Sicilia. Ante aquel motín Vasile sonríe y les dice, con un cariño muy particular, como quien les perdona la vida: «Por lo menos aquí, en el mundo que os hemos creado, estáis protegidos». Pero viendo que no consigue apaciguarles, extiende la mano, les muestra el mundo real que se ve a través de la ventana, y concluye: «¿Creéis que en el mundo real no se manipula? ¡Se manipula exactamete igual! Pero aquí lo tenéis» Y remata con ironía: «¡Disfrutadlo!». ¡Ahh! Ese sí que es Vasile.