¿Tampoco tenemos una partitocracia?

Francoya ha muerto y hace pocos meses que se han celebrado elecciones en España. Sin embargo, la revistaBlanco y Negrotitula en su portada:La crisis de los partidos políticos. Es 1977 y una lectora de la revista se pregunta: «¿Por qué engrosar la nómina de exministros en un momento en que nos piden a todos que nos apretemos el cinturón?» ¿Les suena? Han pasado más de 30 años y los partidos, su crisis y las críticas hacia los mismos no han dejado de ser noticia. ¿Acaso los partidos han dejado de estar alguna vez en crisis? ¿Han dejado de funcionar ahora? ¿Somos más exigentes con ellos?

Tres datos que conviene tener en cuenta: más del 60% de los españoles creen que sin partidos no hay democracia, poco más del 75% prefieren la democracia a cualquier otra forma de Gobierno, pero solo el 29% están satisfechos con su funcionamiento. Los datos, presentados por el catedrático José Juan Toharia en una magistral sesión organizada en la UPF, coinciden con el diagnóstico de interesantes iniciativas surgidas en las últimas semanas, como el Foro + Democracia, que reclaman una reforma de la ley de partidos.

El riesgo de que el sistema democrático se consolide como un formalismo sin apenas legitimidad es alto e incluso cabe preguntarse si ya nos encontramos en un punto de no retorno. Sin embargo, en el 2011 y dos días antes del 15-M, uno de los máximos dirigentes del PSOE se atrevió a decir ante un círculo reducido de empresarios que «difícilmente cambiaría la forma de funcionar de los partidos», algo que ya no sostiene ni siquiera el suyo, con la promesa de hacer procesos de primarias abiertas. ¿Motivos para la esperanza? Quizá sí, pero no en un mundo donde parece que las grandes decisiones, lamentablemente, no es que ya no dependan de los ciudadanos, sino ni siquiera de los partidos.