De tahúr del Misisipí a héroe

He visto al periodista Fernando Ónega glosar con emoción en La mañana de TVE-1 la figura de Adolfo Suárez, diciendo: «Sufrió el desprecio. Fue marginado. Sufrió el acoso político, y el acoso militar constante (..) Dentro de los que le acosaron hay ejemplos admirables. Alfonso Guerra, que le llamó 'tahúr del Misisipí' y otros calificativos cariñosos, ahora se ha convertido en el gran defensor de la obra y de la persona de Suárez. Es un símbolo de cómo ha dado la vuelta la opinión pública de este país ante esta figura egregia al que yo llamo, y llamaré siempre, el último héroe nacional». He recordado aquel programa de Julia Otero en TVE-1, Las cerezas, de finales de mayo del 2005, en el que Adolfo Suárez Illana hizo la primera declaración pública sobre la enfermedad de su padre: «Ya no conoce a nadie. Ha perdido casi por completo sus facultades mentales». He vuelto a visionar el biopic Adolfo Suárez, el presidente, que la madrugada de ayer reemitió A-3 TV. Hay en él dos instantes meditables. Uno, cuando Suárez era director general de RTVE y se negó a emitir en directo, por TVE-1, la boda entre Alfonso de Borbón y Carmen Martínez Bordiu. ¡Ah! Conociendo las aspiraciones de la esposa de Franco, que deseaba que su nieto político fuese el Rey de España -y que su nieta fuese la Reina, claro está-, Suárez mandó que la boda fuese a La 2, y que emitiesen un resumen nada más; y en TVE-1 «que pongan Un gánster para un milagro, que es una película muy interesante». ¡Ahhh! Qué gran servicio al entonces príncipe Juan Carlos. Y dos, la tensa reunión de Suárez con el ya proclamado rey Juan Carlos I -el comienzo de la pérdida de la confianza regia- cuando el Monarca le exige que eleve al general Armada a segundo jefe del Estado Mayor, y Suárez se niega diciéndole: «No lo haré, no me fío de Armada». También he recordado hoy las palabras del historiador Paul Preston en el documental que emitió hace menos de un año la BBC sobre la crisis que ahoga a España (lo dio el Sense ficció del C-33 en julio del 2013) y en donde el hispanista inglés señala: «El Gobierno central frenó las reivindicaciones del País Vasco y Catalu-nya: ahogó el problema inventándose 15 autonomías más, con gran capacidad para endeudarse. Este diseño es, en gran medida, el responsable de la crisis actual».

No sé si ha sido un héroe Adolfo Suárez, pero coincidamos con Fernando Ónega: un tahúr del Misisipi no lo fue jamás.