IDEAS

La táctica Goldfinger

Miquel Iceta

Miquel Iceta / periodico

RAMÓN DE ESPAÑA

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La presión social otorga a ciertos asuntos una importancia desmesurada. Al fútbol, sin ir más lejos. Ante un Madrid-Barcelona, cuesta reconocer públicamente que el partido te importa un rábano y que ese deporte te aburre. Yo lo hago, pero siempre encuentro a alguien que me mira mal o que, directamente, no entiende cómo puedo pensar así y, probablemente, me compadece mentalmente al considerarme un tarado tan preocupante socialmente como un pedófilo o un coprófago. Ahora observo que la presión social llega al audiovisual y que todo el mundo te desprecia si no vas por la calle dando saltos de júbilo ante el regreso de 'Juego de tronos'. El acontecimiento es, al parecer, tan importante que Movistar se ha cascado una publicidad al respecto que supera, en torpeza narrativa y poca gracia, aquellas cuñas protagonizadas por una chica muy guapa y un gato asqueroso que sacaban de quicio a cualquiera: ahora la cosa va de un profesor que se comporta como un demente a la hora de explicar a los niños de qué va 'Juego de tronos'; si la educación infantil estuviera en semejantes manos, sería como para preocuparse, pues el maestro del anuncio es un genuino perturbado mental.

Servidor se tragó la primera temporada de 'Juego de tronos' y se desenganchó a los pocos episodios de la segunda, cuando se dio cuenta de que le importaban un pimiento los Lannister y los Stark y las trifulcas entre unos y otros: como con 'El señor de los anillos', esas historias que pasan no se sabe cuándo ni por qué me exigen un esfuerzo exagerado, pues necesito cierto contacto con alguna realidad en toda ficción, aunque sea una realidad tan relativa como la del mundo de James Bond. Me conformo con un orate que quiere dominar el mundo que conozco. Paso de enanos con pies grandes y de familias ilustres de países imaginarios.

La presión social llega a lo audiovisual: de 'Juego de tronos' a 'Las cloacas de Interior'

Lo mismo le ocurre a Miquel Iceta, otro que no cede ante la presión social. La noche que le tocaba ver 'Las cloacas de Interior' prefirió disfrutar una vez más del encuentro entre el agente 007 y el perverso Auric Goldfinger, siempre más divertidos que el exalcalde Trias y el exministro Fernandez Díaz. Un acto de valor que solo le ha valido insultos en la red, pero que debería ser aplaudido por todos los que estamos en contra de la presión