La clave

Supuestos caballos de Troya

Tal vez el error fue pensar que la identidad europea era el bienestar cuando en realidad este nace de la igualdad, la tolerancia y la justicia

ALBERT SÁEZ

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El autor del doble asesinato de Copenhague ha resultado ser danés. De la misma manera que los autores de la matanza de París resultaron ser ciudadanos franceses. La dramática paradoja es que han desactivado el discurso de la ultraderecha que quería aprovechar sus fechorías para limitar los derechos de los inmigrantes. ¿Qué pedirán ahora? Quizá pretenden ampliar la medida a los que llaman «inmigrantes de segunda generación». Igual cuando lleguen a la quinta generación, los bárbaros se autoexpulsan.

Los nuevos lobos solitarios del yihadismo airean casi todas las miserias europeas. El Estado del bienestar les ha proporcionado cama, escuela, alimentación y hospitales pero no ha sabido incorporar lo que ellos son a la identidad europea. La realidad social en la que viven les empuja a reconocerse como inmigrantes y buscar en sus orígenes la medicina a su insatisfacción. Y en sus antiguas tierras encuentran el odio nacido a la sombra de esa estupidez que la derecha neocon llamó el «choque de civilizaciones». Buscan en las raíces la identidad que no tienen cuando pierden el futuro donde nacieron y se criaron.

Decadencia

Niall Ferguson describe en su libro Civilización cómo los grandes imperios iniciaron su decadencia en el momento en el que quienes gozaban de sus ventajas fueron incapaces de defender los valores sobre los que se sustentaban. Si consideráramos a Occidente un imperio deberíamos admitir que da serias muestras de decadencia. Esos jóvenes educados en la mentalidad occidental no dudan en seguir la senda del califato que les propone el Estado Islámico (EI). No son todos pero son muchos. Se calcula que 1.500 franceses, más de 500 alemanes, casi 600 británicos y más de 400 belgas han cruzado al lado oscuro de Siria desoyendo la educación laica y republicana que recibieron. Y en muchos casos lo han hecho contra la voluntad de sus propios padres, ellos sí inmigrantes. Tal vez el error fue pensar que la identidad europea era el bienestar cuando en realidad este nace de la igualdad, de la tolerancia y de la justicia. Tres valores que son antídotos contra el EI.