Supercentenarios

Un equipo estadounidense ha estudiado el ADN de 17 de las 74 personas de más de 110 años que hay en el mundo intentando buscar si tienen alguna característica que explique su longevidad. Después de llevar a cabo un trabajo exhaustivo, han tenido que aceptar que no encuentran ninguna diferencia entre estos supercentenarios y la población en general.

Si a alguien nacido antes de 1904, cuando la esperanza de vida era inferior a 50 años, le hubieran dicho que llegaría hasta el 2014,  difícilmente se lo habría creído. Hay estudios sobre los estilos de vida de la gente que vive entre 80 y 100 años y sobre algunos genes que ayudan a vivir más, pero no había sobre los genomas de los supercentenarios. La sorpresa ha sido que de su biografía y de su ADN no se puede inferir nada sobre sus estilos de vida ni sus genes. Incluso han observado que una de las personas es portador de un gen relacionado con enfermedades del corazón. Si la hubieran localizado de joven le habrían dado un mal pronóstico, pero ha vivido 111 años sin saberlo.

Una muestra de 17 individuos es reducida y, aunque los análisis realizados son completos, es posible que no hayan incluido algún factor desconocido hasta ahora. Por esta razón, los autores ponen los datos a disposición de cualquier investigador que en el futuro quiera analizarlas más a fondo.

Es sorprendente que no aparezca nada distintivo en el ADN de estas personas que parecen ser gente muy activa: uno trabajó de médico hasta los 103 años y otro llevó el coche hasta los 107. Además, solo uno había tenido cáncer, y otro, alzhéimer. De todo ello podríamos concluir que para vivir hasta 80 o 100 años el estilo de vida y unos buenos genes ayudan, pero los que pasan de esa barrera podrían ser simplemente los que se han escapado de tener un accidente, una infección, un tumor de importancia o algún otro peligro. A todo esto lo llamamos tener suerte, y nadie duda de que es importante para tener una buena y larga vida.