Sufrimiento

Háganse un favor, por el amor de Dios. A ustedes mismos. Dejen lo que estén haciendo y corran a sumergirse en el especial multimedia de EL PERIÓDICO sobre la desigualdad en Barcelona. Esto no es una promoción del diario ni una propaganda. Es un artículo de primera necesidad. No vendo nada, solo les invito a mirarse en el espejo, a comprobar en qué sociedad vivimos, a saber, de primera mano, cómo viven los demás, cuáles son sus preocupaciones de cada día. No son levantarse e ir a comprar unos cruasáns y volver con el diario bajo el brazo y preparar el jugo de naranja para los hijos, sino levantarse, contemplar a los hijos y pensar qué demonios comerán hoy, cómo diablos irán vestidos a la escuela, cuánto durará el aplazamiento de la tragedia.

Háganme ese favor y déjense ir por la pendiente de este estudio, de este acercamiento lacerante a la realidad, la que es de verdad, la que solo conocen los que la sufren o los que luchan sin descanso para que no sea tan cruel. Miren las cifras, los gráficos, las escandalosas diferencias, las fotografías de la miseria, el testimonio terrible de la pobreza, la calle, los pisos desguazados, los rostros de la desesperación. No sirven para montar el discurso de la demagogia ni de la conmiseración. Debería servir, este mapa interactivo del dolor, para crear una conciencia cívica de primer orden, para hacer flotar la inaplazable obligación de asumir el sufrimiento de los demás. Como una prioridad moral.