Soy la tormenta

Intento meterme en la piel de quienes creen que es legítimo e incluso necesario que el Estado tome todas las medidas a su alcance para evitar el referéndum. Consideran que la revuelta de estos días en las calles y las consecuencias de estas acciones, que deben culminar el próximo domingo en las urnas, son, en toda regla, un alzamiento popular contra la autoridad establecida. Intento estar en esta piel constitucionalista y me pregunto, como ciudadano de un país democrático que respeta los derechos humanos, si la forma en que se lleva a cabo la represión de este movimiento no invalida, de hecho, la legitimidad de quien dice estar a favor de la convivencia. La respuesta, por mucho que piense, siempre es la misma. Sí. El ejercicio de la fuerza inusitada invalida cualquier razón de Estado.

La puesta en escena de las detenciones de estos días es la propia de un grupo terrorista o mafioso. La escenografía, esposas incluidas, es desproporcionada, como lo es el despliegue de las fuerzas policiales. O como lo es este tuit de la Guardia Civil de hace dos días. El destino dice al guerrero que no podrá soportar la tormenta, y el guerrero contesta: "Yo soy la tormenta".

¿Qué opinas de los resultados electorales en Catalunya?

¿De verdad creen que es la mejor manera de enfocar esta semana trascendental para Catalunya? ¿De verdad no esperaban lo que Marina Garcés calificó como una "respuesta colectiva contundente"? ¿De verdad no saben que la base de todo, de todo, es "el ir y venir libre de la gente"?