Ya soy independentista. ¿Y tú?

Entre pitos y flautas llevamos tres semanas en las que casi no se habla de la independencia. La actualidad manda. ¡Qué calma! Pero no me fío. Puede ser un espejismo. Deben de estar cargando pilas y volveremos más pronto que tarde al monotema.

Por si acaso, me rindo. Me declaro independentista y recomiendo a todos los que no lo sean que digan que lo son. Casi nueve meses más no, por favor. Serán nueve meses más de la 'Corpo-secessió' impartiendo doctrina. Casi nueve meses más de informativos adiestra-monográficos sobre "estructures d'Estat". Nueve meses más de las persistentes 'teresines' yendo, viniendo, trayendo, exigiendo y llevando. Casi nueve meses más de Unió avisando a CDC de que no aceptará presiones, cosa que a la casi inexistente CDC le importa un pito.

EL 'FULL DE RUTA'

Soy independentista y si todos lo proclamamos puede que estos nueve meses sean más relajantes y menos evangélicos. Eso sí, tenemos que ser unánimes. Si todos decimos que somos independentistas conversos, a lo mejor dejan de hablar del "'full de ruta'" durante algunos meses. ¿Os imagináis? ¿De qué se hablaba antes en las teles, las radios y la prensa? Si es que "'full de ruta'" hasta suena mal: "A ver, y a ti qué te pasa, grandísimo 'full de la gran ruta'".

Proclamemos que somos independentistas y basta de historia y de cuentos. Todos soberanistas a cambio de que no estén casi nueve meses hablando del 'procés' del orto al ocaso. Me da igual cuál sea el criterio de cada uno. Reconozcamos que no podemos más. Será el primer caso de victoria del independentismo por agotamiento mental del adversario. Basta del fatigoso tema de las listas transversales con personajes de la sociedad civil: cantantes, entrenadores, las 'teresines', gastrónomos, oncólogos, tertulianos, anestesiólogos, magos, climatólogos, catedráticos, ciclistas o bacteriólogos... ¿Qué pasará con los que no sean elegidos para la gloria? ¡Cuidado con los egos defraudados, porque casi siempre generan resentimiento moral y/o urticaria!

Sí, gritemos al viento que ya tienen los 500.000 votos que les faltan y que se envainen los estrategas su machete trufero. Salgamos a la superficie y que cesen sermones y arengas.

Es curioso que Mas y Junqueras hablen de unidad de los catalanes cuando ellos dos no se aguantan. Deben estar pasando unos días de felicidad en esta escala técnica camino de Ítaca. Esta pausa les ahorra el contacto casi diario al que se han visto sometidos últimamente. Ha sido para ellos como un castigo del olimpo catalán (por cierto, nos falta una mitología propia). De momento solo tenemos las 'teresines en el laberint' (en latín, 'ANC-OC in laberintum').

Hagamos una cacerolada de marranos declarándonos prosélitos y punto. Y Aznar, mejor calladito.