No soy animal de 'photocall'

Ferran Monegal

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Tú debes ser un picaflor», acabó soltándole Luz Casal a Risto Mejide (Viajando con Chester, Cuatro). O sea, había una cierta tensión. Efectivamente. Todo comenzó cuando Risto le dijo, extrañado: «Tú te has negado a salir con minifalda en los conciertos». Y Luz, mirándole con una ternura distante, se esforzó en explicarle su manera de ser: «Siempre he perseguido ser considerada por lo que hago, no por mi físico (..) Yo no soy un animal de photocall. Las pocas veces que lo he hecho me he sentido mal. Me he ido quitando de todo eso». Y entonces Risto apostilló: «Con todos los respetos, ¡tampoco es que tengas un físico espectacular!». ¡Ah!, esa fue la desafortunada consideración que ha servido para que ese entrevista se comente. O sea, hoy el éxito en la tele viene más por las inconveniencias que evacuas que por los aciertos que creas.

Luz Casal siempre me ha parecido una señora de una elegancia sublime, casi extrema, y con una talento artístico y una voz fuera de toda discusión. Al margen de la pincelada inconveniente, la entrevista que le practicó Risto me pareció de sumo interés. La pequeña tensión que se produjo entre ellos sirvió para evidenciar dos maneras de entender el universo de los que se exponen ante el público, ya sea cantando en el Théâtre du Châtelet, o ya sea viajando en un sillón decorado con trompetas. Risto, publicista, fabricante de eslóganes y gran tremendo de la tele, vive subyugado por las marcas y las promociones. Es sincero: encuentra glamur en ello. No concibe un suceso sin una buena pasarela posturista bien iluminada por focos. Es su visión de la estética: el impulso de la forma. Devoto de McLuhan, está convencido de que el medio es el mensaje. Por eso su choque con Luz fue luminoso: ella, simplemente, no quiere ser chica photocall. Difícilmente podría cantar Piensa en mí con la intensidad que lo hace si lo fuera. Chavela Vargas, la otra gran intérprete de este bolero, tampoco fue nunca una chica photocall, precisamente.

El siguiente que se sentó en el Chester fue Cándido Méndez. Ahí Risto estuvo implacablemente certero. Don Cándido transmitió escasa convicción. «No es mi responsabilidad», iba repitiendo, cándidamente, mientras Risto enumeraba los casos de corrupción descubiertos en la UGT.

Entre Luz y Méndez esta sesión del Chester para mí ha sido de notable interés. Tuvo un escaso 6,5% de share. Es natural, no había pechotes.