La rueda

La sonrisa de Roberto Saviano

FRANCESC ESCRIBANO

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He conocido aRoberto Saviano. Ha sido con motivo de la visita que hizo la semana pasada a Catalunya para presentar su último libro. Una obra que trata, como es habitual en él, de mafias y del crimen organizado. Es su tema. Pero el libro no solo habla de eso; como también es habitual en él, va de la vida, del amor, de la muerte, de la esperanza, de todo lo que nos falta por saber y, si lo supiéramos, de todo lo que nos queda por luchar. Habla, sobre todo, de resistencia y de coraje. Dos de las virtudes primordiales a las que él ha tenido que apelar para mantenerse vivo.

De entrada, más allá de lo que me contaba, lo que más me impresionó deRoberto Savianofueron su escolta y su sonrisa.Savianotiene la sonrisa de un niño. No es inocente ni es ingenuo. Sonríe como lo hacen los niños que saben con certeza que el futuro es suyo y sonríe a pesar de saber que el suyo será un futuro blindado. Vaya donde vaya, no se puede mover sin el seguimiento y la vigilancia de tres o cuatro policías que lo protegen. Debe ser muy difícil vivir así. Por eso le pregunté si no ha pensado en camuflarse, en cambiar de personalidad... Me dijo que lo ha intentado, pero solo por un tiempo, ha estado seis meses en Estados Unidos y ha podido probar el sabor que tiene lo que llamaríamos una vida tranquila y normal. Pero también me dijo que cuando lo hacía, cuando se escondía, dejaba de ser él y entonces no podía hablar ni podía escribir...

Savianono puede dejar de decir todo lo que sabe ni dejar de preguntar todo lo que quiere saber. Como, por ejemplo, que España es un paraíso para las mafias de todo el mundo, que no somos conscientes del poder que tienen y de la libertad con la que se mueven y actúan en nuestro país. Que todavía no entiende cómo, con el peso que aquí tienen las mafias y por más que hay gente que lo pide, las leyes no se hayan endurecido y se hayan adecuado a esta nueva situación... Por nuestro bien, ojaláSaviano, con una sonrisa, no calle nunca.