Somos lo que compartimos

Se acaba el año y los medios nos dedicamos a recopilar lo más destacado de lo sucedido en resúmenes o anuarios que pretenden ser bases de una versión histórica. Periodismo con vocación documental, la jerarquía informativa de 365 días recopilada en páginas de contextualización y análisis. Recuerdo los anuarios de los 80 y 90, en papel y con cederrón. Datos y estadísticas, las mejores fotos del año, fotoperiodismo analógico para acompañar interpretación densa, rigor en altas dosis cuando los medios no teníamos competencia en la red.

Hoy un resumen del año combina lo más relevante con lo más consumido. Lo que pasará a la historia y lo que forma parte de nuestros recuerdos personales. Somos lo que compartimos, lo que enviamos a los amigos en las redes y Whatsapp. Aquel vídeo, aquella foto, un montaje ingenioso. Resumir el 2014 consiste en explicar lo más importante y también lo más viralizado. La jerarquía no renuncia al rigor, pero tiende la mano al impacto, a la autocomunicación. No hay anuario ni resumen del año sin un guiño al contenido social. La crisis y la complejidad de este tiempo necesita desengrasantes, el lector que hoy es usuario tiene la necesidad de agarrarse a lo anecdótico y simpático para superar la dureza del día a día.

¿Qué noticia, fotografía o vídeo has enviado a tus amigos? La memoria colectiva incorpora ese elemento de familiaridad, de divertimento, para ponerle buena cara al mal tiempo. En la web de EL PERIÓDICO, lo más visto fue el vídeo de un joven indio a quien tuvieron que extraer 232 dientes y la foto en Facebook del preso más guapo de Estados Unidos. La gente está cansada de crisis y corrupción y tiene derecho a tomárselo con humor. Solo así se entiende que el 2014 acabe sin una explosión social.