Dos miradas

Solo un voto

Por un puñado de votos, parece ser que Mariano Rajoy frenará la contrarreforma del aborto

EMMA RIVEROLA

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Por un puñado de votos, parece ser que Mariano Rajoy frenará la contrarreforma del aborto. Por un puñado de votos puede que las mujeres no nos convirtamos en ciudadanas de segunda, no nos roben el derecho a decidir sobre la maternidad ni nos declaren incapaces para hacerlo por nosotras mismas. Por un puñado de votos tal vez no cercenen nuestra voluntad ni nuestra razón, ni obliguen a nuestras hijas a sufrir el mismo calvario de sus abuelas: a merced de manos clandestinas o peregrinando a Londres o Lisboa mendigando la libertad que aquí se les niega. Por un puñado de votos quizá se aparque una ley hipócrita y vergonzante que bajo una falsa superioridad moral tan solo desprecia a quien finge proteger. No hay rastro de amparo ni amor ni humanidad cuando se obliga a tener hijos no deseados y, encima, se recortan las ayudas para criarlos.

No es la movilización ciudadana ni los argumentos de amplísimos colectivos, desde feministas a sanitarios, ni siquiera la falta de apoyo en su propio partido, lo que puede mover el gesto impasible de Rajoy. No es la razón ni la emoción, ni siquiera la ideología. Se trata simplemente de un cálculo electoral. ¿Acaso creíamos que éramos algo más que una papeleta depositada en una urna? Mientras, en la caverna de la Conferencia Episcopal rugen los obispos para evitar que Rajoy eche el freno. Pero en el frío cálculo electoral quizá hoy los votos purpurados no coticen lo suficiente. Ejemplar.