Lo sobrenatural amaina

El cardenal Lluís Martínez Sistach, ayer, en 'Els matins' (TV-3).

El cardenal Lluís Martínez Sistach, ayer, en 'Els matins' (TV-3).

FERRAN MONEGAL

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Recién llegado del Vaticano, prácticamente sin tiempo de pasar por el obispado ni nada, el cardenal arzobispo Lluís Martínez Sistach estuvo ayer en Els matins de TV-3. ¡Ahh! Se le notaba exultante. Enormemente entusiasmado. Es comprensible: venía de asistir a su primer cónclave, su primera participación en ese exclusivísimo grupo de criaturas purpuradas que tienen el honor y el privilegio de elegir Papa. Decía: «¡Sensación única! (..) Los cardenales también hemos usado eso -y se señalaba la cabeza-, porque lo sobrenatural no quita lo natural. Y luego actuó el Espíritu Santo». O sea, que lo que quizá nos estaba transmitiendo Sistach es que este Papa Francisco ha sido una elección pensada, meditada, una decisión surgida del razonamiento mental de los selectos electores allí congregados, al margen de que luego apareciese el Espíritu Santo y acabase de rematar, dicho sea en el buen sentido de la palabra. Interesante confidencia, o advertencia, la de nuestro cardenal. Con su pincelada, «lo sobrenatural no quita lo natural», y además señalándose la cabeza -el cerebro-, quizá nos estaba diciendo que este nuevo Papa es más humano. Con razón también dejó caer, en un momento dado: «Me parece que este Papa está más en el camino de Juan XXIII. Esa bonhomía, esos gestos de sencillez...». Hombre, pues solo cabe añadir un ¡aleluya! entusiástico. Tal y como está el patio terrenal, no es sobrenaturalidad lo que a mi modesto entender hace falta, sino unas dosis enormes, bárbaras, fantásticas, de eso que es cada vez más raro de encontrar y que se llama humanidad.

EL ÍNDICE 'GARBANCEX' .- Preocupado por lo que se intenta hacer en Chipre, Wyoming (El intermedio, La Sexta) estaba desorientado. «¿Dónde meteremos el dinero?», exclamó acongojado. Se oyó entonces la voz de Dani Mateo que decía: «¡En los garbanzos!». Y lo argumentó de manera incontestable. Demostró que cuanto mayor es la crisis, el precio del garbanzo sube de forma colosal. Dio tres datos. Septiembre del 2008: quebró Lehman Brothers y el precio del garbanzo llegó a la cota de 650 euros la tonelada. Mayo del 2010: con los primeros recortes de Zapatero, el precio marcó el máximo de aquel año. Noviembre del 2011: al saberse que Rajoy había ganado las elecciones, se llegó al record absoluto, 770 euros la tonelada de garbanzos. ¡Ahh! No le den más vueltas: del Ibex pasaremos al Garbancex.