Tú y yo somos tres

Sobre un posible asalto a TV-3

Vicent Sanchis, director de TV-3 ('TN vespre').

Vicent Sanchis, director de TV-3 ('TN vespre').

Ferran Monegal

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Nos contaron el domingo en el 'TN vespre' que más de una quincena de medios de comunicación internacionales se habían personado en Sant Joan Despí para conocer el estado de ánimo de los trabajadores de TV-3 ante la amenaza de intervención por parte del Gobierno español. Cámaras y periodistas de la británica BBC, la portuguesa RTP, la francesa France 3, la alemana ZDF y la italiana RAI, entre otras teles, estuvieron analizando la situación.

Sin restarle gravedad a la amenza, quisiera dimensionar el posible ataque. Un asalto a TV-3 por orden gubernamental no solo es intolerable, además es una absoluta inutilidad. Le he dicho esta mañana a Antonio García Ferreras, que me ha preguntado en 'Al rojo vivo' (La Sexta) por el tema, que a pesar de que el Gobierno del PP tiene experiencia en intervenciones -a TVE la tiene intervenida desde hace tiempo- lo de TV-3 es diferente. No sé si el operativo que preparan va a ser una brigada de censores, y de ideólogos armados con consignas, que irán desalojando al personal, comenzando por el director, Vicent Sanchis, y siguiendo con todo el staff de informativos, los editores y presentadores de los TN, etcétera. 

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Si es así, lo único que van a conseguir es una repetición de la animalada represiva del 1-O, un plan que, como táctica operativa, fue una desastrosa vergüenza, y cuyos coordinadores y diseñadores deberían haber sido destituidos de inmediato. El asalto a TV-3, caso de materializarse, será además retransmitido en directo por todo el telehipódromo mundial, a no ser que intenten intervenir también a los enviados especiales de las cadenas internacionales, con lo cual el disparate puede adquirir dimensiones cósmicas.

Llevo años advirtiendo desde aquí, con enorme tristeza, el camino de 'agitprop' que ha abrazado TV-3 en favor de una particular idea política de Catalunya. Ha perdido su transversalidad. Ha dejado de ser la Televisió Nacional de toda Catalunya. Y ha pasado a ser una especie de agencia de publicidad con cliente único. Unidireccional. Debido a mis análisis soy considerado en esa cadena 'persona non grata'.

Pero con la misma firmeza que les reprocho la deriva, les apoyo hoy de forma incondicional. Esta amenaza que pende sobre ellos es también un intento de intimidación, de mordaza, contra la libertad de información, y contra los derechos de los ciudadanos.