Soberanías: recuperar el valor de las palabras

Los 'comuns' quieren ganar un país, no unas elecciones

Ada Colau  i Xavier Domenech

Ada Colau i Xavier Domenech / periodico

XAVI DOMÈNECH

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Decía Abraham Lincoln en el marco de la construcción de EEUU que "todos nos declaramos a favor de la libertad, pero cuando se utiliza la misma palabra no nos estamos refiriendo a la misma cosa." Una confusión de la que no estamos exentos tampoco nosotros en los debates actuales en nuestro país.

La reivindicación del reconocimiento y construcción de la soberanía de Catalunya es compartida y mayoritaria en el marco de la sociedad catalana. No obstante este proceso tiene una traducción institucional unívoca que sirve para segmentar y ordenar la posibilidad de construir unas mayorías políticas y no otras. Las etiquetas políticas juegan un papel clave en este sentido. Así vemos como un independentista de izquierdas, que querría unos presupuestos verdaderamente sociales y un referéndum también sobre el TTIP (contra el que votó Convergència), se encuentra conformando una mayoría política con un independentista que ha practicado políticas netamente neoliberales y que, en palabras de la nueva dirigente del PDCAT "cree en la seguridad como la primera de las libertades". En el otro lado, podemos encontrar como un federalista de izquierdas que defiende el reconocimiento de la soberanía de Catalunya ve como un partido de corte cada vez más neoliberal, y también a favor del TTIP, como Ciudadanos se declara también federalista, pidiendo, eso sí, la limitación de competencias del Estado autonómico. Las etiquetas dicen lo mismo, pero la realidad habla de cosas absolutamente diferentes.

DIVISIÓN CONTRA LA REALIDAD

Esta división política se construye contra la realidad plural de la sociedad catalana que conforma una mayoría por el cambio con políticas progresistas y al mismo tiempo también una posible nueva mayoría soberanista, pero permite conformar mayorías políticas parlamentarias y gubernamentales. Mayorías que aprueban medidas políticas, como los presupuestos, que van en contra de lo que muchos de ellos han defendido. La independencia primero y luego ya hablaremos de todo lo otro, que ahora en el debate de presupuestos se ha convertido en el referéndum primero y luego ya vendrá todo lo otro, actúa así como un horizonte que promete en un futuro siempre diferido lo que no se aplica en el presente. Es precisamente para superar esta realidad que se construye el espacio de los 'comuns' en el camino de conformar un proyecto que permita ganar un país y no sólo unas elecciones, que no espere a decidir para construir, sino que precisamente construya para decidir, donde cuando empleamos la misma palabra digamos las mismas cosas. Se trata en definitiva de conformar un nuevo bloque histórico del cambio que represente a los trabajadores y trabajadoras, a los autónomos precarizados, a las mujeres y a los jóvenes, al pequeño y mediano tejido productivo, para construir una alternativa de país, un nuevo horizonte de transformación.

Por eso en la propuesta y la realidad de los comuns se supera la falsa dicotomía entre soberanistas que bajo diferentes etiquetas defienden los mismos principios, que cuando hablan de construcción de la soberanía de Catalunya hablan efectivamente de una soberanía plena, una soberanía que permita construir un modelo económico, social y cultural al servicio de los derechos de los más y no al de los privilegios de los menos, una soberanía que sea el punto de partida y de llegada de las múltiples soberanías que están en juego. La voluntad del espacio de los 'comuns' en su construcción es superar esta división no sólo a partir de la propuesta de un referéndum efectivo, que tiene más posibilidades de realización precisamente a partir de un proyecto con capacidad de sumar mayorías plurales, sino también a partir de los espacios compartidos más allá de las etiquetas y recuperando el valor de las palabras. La construcción de una república de todas las soberanías, como expresión institucional de la soberanía de Catalunya, articulada con un estado plurinacional. Sabemos como pocos de la fuerza de las luchas compartidas y los proyectos compartidos. Somos más fuertes, y no más débiles, cuando nuestros hermanos y hermanas son más fuertes. Somos más libres, y no más esclavos, cuando nuestros hermanos y hermanas lo son. Somos más comunes cuando más fraternos somos.