Los "líos" del ministro Catalá

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JUANCHO DUMALL

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Solo faltaba que a Rajoy le salieran imitadores, pero ha ocurrido. El más cualificado de todos ellos, el ministro Rafael Catalá, quien también tiró de SMS para tranquilizar a un amigo, casualmente, un presunto delincuente. Y, como en el caso del "Luis, sé fuerte" del mensaje del presidente a Bárcenas, el titular de Justicia también demostraba una sospechosa proximidad con el ahora preso Ignacio González. "Ojalá se cierren pronto los líos", decía el texto de Catalá.

¿Qué líos había que cerrar? El ministro dice que se refería al periodo de inestabilidad política que había pasado España en el último año. Pero tan beatífica explicación no casa con otra reciente filtración de una conversación de González con el exministro Eduardo Zaplana, un zombi de la política que, cómo no, ha reaparecido en una escena de terror.

El expresidente de Madrid se lamentaba ante su amigo Eduardo de que nadie le quitara de encima a un juez muy molesto que le buscaba las cosquillas por el caso de su ático en Estepona. A lo que Zaplana respondía: "Yo no me corto de decirle a Rafa (Catalá): ¿Sabes Rafa?, el aparato del Estado y los medios de comunicación van aparte. O los tienes controlados o estás muerto". Quizás a la luz de esa conversación se entienda mejor cómo el ministro de Justicia espera que se cierren los líos.

EL OASIS MADRILEÑO

Cuando estalló el 'caso Pujol', con la inesperada confesión de la herencia del abuelo Florenci, se dijo mucho que en Catalunya todo el mundo sabía que los Pujol cobraban comisiones, pero que, por las peculiares reglas de juego del oasis catalán, nadie investigaba ni decía nada al respecto. Toda generalización es injusta, pero hay mucho de cierto en ello. Ahora nos encontramos con otro oasis, el de Madrid, en el que, al parecer, todo el mundo, salvo la inepta de Esperanza Aguirre, sabía que González "se las llevaba", en expresión castiza, pero nadie le retiraba el saludo y, mucho menos, le denunciaba.

Conociendo a Rajoy, es posible que Catalá salga de este trance, pero sepa el ministro que el SMS le perseguirá toda su vida política. Porque no te pueden brillar los zapatos cuando te acercas tanto a semejante charca.