Sin wifi sí hay paraíso

Me ha pillado toda la polémica post-'Cara a cara' lejos, en el corazón de África. Siempre que grabamos lejos, se repite una escena. Cuando volvemos al hotel, la búsqueda desesperada de wifi para conectarnos con nuestro micromundo. Qué nos han dicho por 'mail', o en los grupos de WhatsApp, o lo que se cuece en Twitter. Me encantaría prescindir de ese 'momento wifi' pero no puedo evitarlo.

Esta semana cada vez que me conectaba me encontraba por ejemplo con las ocurrencias de Girauta sobre el debate. Por cierto, señor Girauta, le certifico que el cara a cara fue una encerrona. Le apagamos el aire acondicionado a Rivera para que sudase, y aprovechamos, cuando la cámara no enfocaba a Iglesias, para que un niño comunista le abanicase.

Gracias al wifi también nos hemos enterado de la nueva zanahoria del 'procés': tras la consulta del 9-N, la lista conjunta, las plebiscitarias, la desconexión… ahora llega la moción de confianza. Algo curioso. Crees que tu pareja te ha puesto los cuernos, aunque ella te dice que no. Y tú en vez de hablar con ella inmediatamente, pues no. Decides que le vas a pedir explicaciones dentro de… ¡tres meses! ¿No será una táctica? ¿No estará buscando Junts pel Sí que en esos tres meses la CUP también se rompa, y recuperar unos cuantos de sus 300.000 votos? Si por el camino ya han caído el PSC, Iniciativa, Unió… ¿por qué no va a caer la CUP? Igual el 'procés' era eso: «O conmigo o contra mí».

¿No sería más coherente, si no tienes las alianzas necesarias para tirar adelante unos presupuestos y tan seguro estás de que cuentas con el apoyo de la ciudadanía, convocar elecciones? Se ve que eso ahora no toca, porque igual el independentismo no las ganaba ni en escaños ni en votos, como pasó el 20-D y probablemente pasará el 26-J. Pero tranquilos que estas elecciones -aunque el censo sea el mismo- ya no son plebiscitarias.

VIAJE POR EL LAGO KIVU

Por suerte, sales del hotel y el wifi y el micromundo desaparecen, y te ves obligado a disfrutar del mundo que te rodea. En este caso un viaje por el lago Kivu, para ir desde Bukavu hasta Goma. Por el camino vemos pequeñas comunidades asentadas en islas dentro del lago. Comunidades con una vida muy primitiva, familias bañándose a la orilla del lago, canoas de madera preparadas para pescar artesanalmente, fogatas donde se prepara la comida. Los chavales levantan la mano cuando nos ven pasar. Deben pensar: «¿Dónde van esos tan rápido? ¿Qué prisa tendrán?». Y siguen a lo suyo que por supuesto no es divertirse con la Play o la Nintendo, sino seguir cazando ranas que luego devuelven al lago.

Son comunidades que no conocerán el wifi en su vida pero que me da la sensación de que están disfrutando bastante más que yo, cuando me creo que con el móvil en la mano me entero de todo… cuando seguramente no me entero de nada.