Siete años de silencio

AFRA BLANCO

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El pasado jueves, finalmente, el pleno del Parlament de Catalunya debatió sobre la necesidad de adoptar medidas urgentes referente al derecho a la vivienda de las catalanas y los catalanes. Urgentes, contando que hace siete años que el AVALOT-Jóvenes de UGT de Catalunya presentó esta iniciativa legislativa popular (ILP) con el apoyo de 54.000 ciudadanos que estamparon su firma. Desde entonces, por el liderazgo de la entidad han pasado tres equipos diferentes y en el traspaso de poderes, siempre había esta ILP. A mediados de este mes de enero, el letrado del Parlament de Catalunya nos hacía saber que con la nueva ley sobre las iniciativas legislativas populares, que obliga ahora a ser respondidas y debatidas en un plazo máximo de tres meses, antes de finalizar este mismo mes nos tocaría subir a la tribuna del Parlament para defender esta ILP, sin tiempo prácticamente para revisar lo que escribimos hace siete años. Y es que si bien la esencia y el problema sigue siendo el mismo, las dificultades de acceso a la vivienda, desde entonces hasta ahora hemos visto cómo algunas cosas han cambiado. Y sobre todo, hemos visto como la falta de estas medidas urgentes dejaba muchas familias en la calle, por la codicia de los bancos y la falta de voluntad de los políticos, que si bien cuando se acerca una campaña electoral se llenan la boca de buenos propósitos, durante el resto de tiempo poco las llevan a la práctica. La prueba, estos siete años perdidos para debatir una ley que no hace más que recordarnos a todos que hay unos derechos humanos que son inapelables y se han de cumplir.

Estamos convencidos de que con la nueva ley de regulación de las ILP, en la que con mucho retraso nos hemos podido acoger, otras entidades y grupos promotores podrán llevar la voz de la calle al Parlament. Podrán plantearles a ustedes, señores políticos, los problemas reales que hay en la calle. Porque a menudo, cuando los escuchamos o leemos sobre cuál es la realidad que se vive en nuestros pueblos y ciudades, nos da la sensación de que vivimos en mundos paralelos. De hecho, es que muy posiblemente sea así. Desahucios, un 50% de jóvenes desempleados, trabajadores asalariados por debajo del umbral de la pobreza... esta es la realidad que hay en las calles de Catalunya y que, difícilmente, se puede palpar desde un escaño en el Parlament de Catalunya. Señores diputados, han tardado siete años en dar voz al grupo promotor de esta ILP de medidas urgentes en defensa de una vivienda digna. Siete años para recordar en sede parlamentaria, un derecho que tenemos todos los ciudadanos. Por respeto a la gente que durante todos estos años ha depositado un gran esfuerzo y, sobre todo, por la ilusión y la esperanza de que con determinación y compromiso se puede mejorar nuestra sociedad y cambiar las cosas dando respuesta a los problemas y soluciones de los que peor lo pasan, durante el debate podrían haber estado presentes todos y cada uno de los 135 diputados que forma parte de este Parlamento en representación de los ciudadanos, a su escaño. Por respeto y porque es parte de su trabajo, por la que recibe una remuneración pública. Se imaginan si un trabajador decide no ir a su puesto de trabajo, hoy por la mañana?

Diputadas y diputados, han tardado siete años en dar voz a algo que debería haber salido por iniciativa propia de los grupos parlamentarios que forma parte de esta cámara. Y ni así, han sido capaces de estar a la altura. Se siguen preguntando, hoy, ¿por qué existe la desafección de los jóvenes hacia los políticos?