LA CLAVE

Separatistas en el PP

La 'independentista' Cifuentes ha abierto la caja de los truenos: la financiación autonómica no garantiza la igualdad ni estimula el progreso

La presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, en una intervención pública reciente en un desayuno informativo en Madrid

La presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, en una intervención pública reciente en un desayuno informativo en Madrid / periodico

ENRIC HERNÀNDEZ

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El 'España nos roba', que en tiempos de penurias ha galvanizado al 'neoindependentismo' catalán, ha resultado muy útil para levantar empalizadas y alimentar el tópico de la Catalunya insolidaria. Tanto da que la inicua distribución territorial de los recursos públicos castigue e indigne por igual a la inmensa mayoría de los catalanes, hablen la lengua que hablen, sean independentistas, federalistas, unionistas o mediopensionistas. La caricatura de Catalunya como la nueva Padania soslayaba un debate que a muchos incómoda: ¿Está garantizada la igualdad entre todos los españoles, residan donde residan?

La presidenta madrileña, Cristina Cifuentes (PP), ha abierto la caja de los truenosCristina Cifuentes al afirmar que los contribuyentes de la Comunidad pagan 3.000 millones de euros al año "para que los andaluces tengan sanidad y educación". La respuesta andaluza ha sido unánime: la presidenta Susana Díaz ha acusado a Cifuentes de "mentir". "Algunos se emocionan mucho con banderas y después hacen discursos contrarios a la igualdad y la unidad de un país." El PP andaluz, por su parte, acusó a su correligionaria de abonarse al argumentario separatista. Solo el catalán Xavier García Albiol, conocido independentista, ha arropado a Cifuentes, que al fin ha tenido que plegar velas y pedir disculpas.

Cifras al margen, esta escaramuza política ilustra a la perfección las graves disfunciones de un Estado carente de un sistema fiscal moderno y transparente y que, por tanto, es incapaz de compatibilizar la solidaridad entre territorios y el estímulo al desarrollo económico.

INTERÉS ELECTORAL, NO GENERAL

El origen de todos los males, achacable por igual a PP y PSOE, es un sistema de financiación autonómica deliberadamente opaco, que desincentiva el esfuerzo fiscal y alimenta el clientelismo político. Y, también, unas políticas de inversión pública más tributarias del interés electoral que del general. No hay que ser un peligroso independentista, como Cifuentes, para juzgar inexplicable que el AVE llegue a Euskadi o Galicia antes de que el corredor mediterráneo, vital para el principal motor económico de España, haya visto la luz.