Al contrataque

Señoras que no saben

Las señoras imputadas que se escudan en la ignorancia y en el amor por su marido no me representan. Ni a mí, ni creo que a la mayoría de las mujeres

Imagen de la pantalla de la sala de prensa de Rosalía Iglesias.

Imagen de la pantalla de la sala de prensa de Rosalía Iglesias.

CRISTINA PARDO

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Las señoras imputadas que se escudan en la ignorancia y en el amor por su marido no me representan. Ni a mí, ni creo que a la mayoría de las mujeres. No porque yo lea hasta la última coma de cada papel que firmo, sino por todos los argumentos que ellas, siempre ellas, utilizan en sus estrategias de defensa para agrandar su presunto desconocimiento. 

La esposa de Luis Bárcenas acompañaba al extesorero del PP a los bancos suizos y viene a decir que, como le hacían esperar en el garaje, nunca supo dónde estaba exactamente. Eran, según ella, viajes de placer en los que el placer consistía en esperar en subterráneos a que Bárcenas se reuniera con no se sabe quién y, señoría, no quise ni mirar porque yo me fiaba de mi marido. Rosalía Iglesias ha adornado su versión con comentarios tan cuidadosamente estudiados como que allí los bancos no son como aquí. Tienen tan poco aspecto de banco, son zonas tan opacas, que te parece estar en un párking público, mientras en la planta de arriba un señor con canas que casualmente vive contigo está ingresando 20 millones de euros. Con esos mimbres, cualquier visita al cajero puede ser entendida como un viaje de placer, claro. Resulta comprensible.

Para hacerlo todo más verosímil, Rosalía Iglesias ha intentado luchar contra la petición de 24 años de cárcel explicando que ella con su marido no hablaba jamás de trabajo: «Tenemos una vida personal plena». Sin embargo, con ese nivel de gastos placenteros, cualquier persona entiende que sin ingresos no hay plenitud que valga. Y los ingresos no caen del cielo. Pueden caer de la planta de arriba del aparcamiento suizo o caerse en algún bolsillo desde la contabilidad extracontable, antes conocida como caja b. Pero del cielo, no. 

‘BORBONIZACIÓN' DE LA MUJER

Así que parece inevitable mantener alguna conversación sobre las actividades que te permiten hacer viajes de placer, comerciar con obras de arte o tener casas en la playa y en la montaña. En todo caso, esta 'borbonización' de la mujer en el juzgado tampoco es nueva. Como su propio nombre indica, la estrategia que consiste en no enterarse absolutamente de nada la utilizó con entusiasmo la infanta Cristina. Con entusiasmo y veremos si además con éxito.

También en su día Ana Mato hizo suyo el argumento de la ignorancia ante la pregunta de quién pagaba en su casa las fiestas de comunión y los viajes a Disneyland París. La exministra finalmente se separó del imputado Jesús Sepúlveda. Pero, en líneas generales, provoca pasmo contemplar cómo las 'rosalías' y demás 'infantas' se presentan como pobres mujeres engañadas y, al mismo tiempo, se mantienen férreamente unidas a esos maridos que a sus espaldas les meten –presuntamente sin su consentimiento– en semejante berenjenal.