Señor payaso Miliki

Miliki, en el centro, junto a Fofito (izquierda) y Fofó.

Miliki, en el centro, junto a Fofito (izquierda) y Fofó. / periodico

ANDREU BUENAFUENTE

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Siempre pensé que me hubiera gustado que Miliki fuera mi abuelo. Hubiera sido perfecto, el abuelo ideal. Un hombre de mi gremio, sabio, con cara de buena persona, luchador, divertido, generoso¿ Mis abuelos de verdad murieron en la guerra y Miliki ( un niño por aquel entonces), supo huir de aquella tristeza, aquella ruina emocional, para construir junto a sus hermanos una carrera dedicada a la risa, al circo, al noble arte de entretener. Una lección de humanidad. Todos los que consiguieron zafarse de aquella época merecen nuestro respeto. Miliki vio mucho mundo, pasó necesidades, pero nunca perdió el humor. Volvió a casa para triunfar definitivamente, algo no muy habitual por cierto y mucho menos en aquella época de blanco y negro.

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