Semana de la pedagogía

No es la primera vez que el PSOE tiene que explicar a la opinión pública y a sus militantes un cambio estratégico. Son famosos los casos del abandono del marxismo (con dimisión calculada de Felipe González), la permanencia de la OTAN (con referéndum incluido) y la adopción de dolorosas medidas sociales en la crisis económica (con el consiguiente hundimiento del presidente José Luis Rodríguez Zapatero). En todos los casos, los dirigentes socialistas, con contadas excepciones, como la de Izquierda Socialista en la consulta de la OTAN, se pusieron al difícil tajo de hacer pedagogía.

Esa es esta semana la palabra de moda: pedagogía. Los jefes del PSOE que hace dos semanas apuñalaron a Pedro Sánchez se disponen a desplegar un programa didáctico que convenza al público de que la mejor decisión es abstenerse ante el segundo intento de investidura de Mariano Rajoy. La tarea no es fácil. Llega tarde (tienen ¡siete días!), el argumento del desastre de unas terceras elecciones se ha revelado un bumerán, existe una profunda división interna y no hay un líder con cara y ojos que asuma el coste político del bandazo. Porque, con todos los respetos al presidente de Asturias, Javier Fernández está naufragando como máximo responsable de la gestora. La mayoría de las voces que llegan del partido socialista a los ciudadanos siguen siendo de mantener el no a Rajoy. La última, y muy potente, la del triunfador en las primarias del PSC, Miquel Iceta.

La sensación es que los partidarios de la abstención arrastran un sentimiento de vergüenza que les mantiene paralizados. No es raro. ¿Cómo van a vender la abstención mientras Correa raja en la Audiencia Nacional? ¿Cómo van a vender un cambio de posición cuando ya tienen anunciada una rebelión interna?

Si finalmente hay un comité federal este sábado para cambiar el 'no es no' por la abstención técnica, vamos a tener una semana en la que la capacidad de pedagogía va a ser sometida a una tensión máxima. El primer mandamiento para el predicador que trata de convencer a alguien es que se crea su propio mensaje. Si no, el desastre está asegurado.