Editorial

Seguridad, las aguas vuelven a su cauce

La Junta de Seguridad debe tratar del terrorismo yihadista y de la convocatoria de 500 plazas de agentes

El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, en el Congreso.

El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, en el Congreso. / AGUSTÍN CATALÁN

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El bochornoso episodio de la convocatoria de la Junta de Seguridad de Catalunya parece que ha encontrado finalmente solución. El Ministerio del Interior ha rectificado y acepta que se convoque este organismo estatutario pese a la determinación del Ejecutivo catalán de convocar un referéndum de autodeterminación. La falta de «confianza» esgrimida por el número dos del ministerio ha pesado finalmente menos que la alerta terrorista en la que estamos con ese goteo casi diario de atentados en las principales capitales europeas. La maniobra del presidente Puigdemont de convocar unilateralmente la junta para el 3 de julio ha obligado a mover ficha a Interior, que ha sabido poner los intereses de los ciudadanos por encima de las rivalidades entre administraciones o las discordancias políticas. La propia resolución del asunto evidencia que nunca se debería haber llegado hasta aquí

Queda ahora por definir el orden del día de esta deseada reunión. Es evidente que el primer asunto a tratar no puede ser otro que el terrorismo de origen yihadista en el que los Mossos se han mostrado especialmente activos y eficaces. Es el momento de plantearse si esta hoja de servicios es suficiente para integrarlos en los organismos de coordinación europeos para que su actividad pueda ser de la máxima eficacia y para que tengan toda la información que les ha de ayudar a proteger a los ciudadanos.

Ligado a este asunto está la famosa convocatoria de 500 plazas de nuevos agentes que el Ministerio de Hacienda considera fuera de los límites de contratación de personal vigentes en este momento. Catalunya no puede aspirar a ningún privilegio, pero el Ministerio del Interior también debe ponderar esta necesidad ante el de Hacienda si se trata, como afirma el 'conseller' Jané, de una consecuencia de dedicar efectivos permanentes a la lucha contra la amenaza terrorista.

Este episodio también nos ha de alertar sobre la necesidad de garantizar el normal funcionamiento de las instituciones. Que la Junta de Seguridad de Catalunya no se haya reunido desde el año 2009 es una anomalía. O bien  es un órgano que no tiene sentido ni sirve para nada o bien quienes la han de convocar o quienes ahora han forzado su convocatoria son muy irresponsables. Son este tipo de episodios los que alientan la desafección política y la radicalización.