El segundo 'Pujolazo' y el proceso

Pujolazo! Ese era el gran titular de la portada de este diario el 30 de abril de 1984. CiU, liderada por Jordi Pujol, había conseguido la mayoría absoluta en el Parlament en las segundas elecciones autonómicas celebradas el día anterior. El nacionalismo moderado representado por Convergència se consolidaba e iba a marcar más de dos décadas de autogobierno catalán. Tras la inesperada confesión de Pujol el pasado viernes cabe preguntarse cuántos titulares de prensa, cuántos artículos y cuántas páginas biográficas deberán ser revisadas. Porque una de las circunstancias que hacen de este segundo Pujolazo una sacudida de enormes dimensiones es que los hechos se remontan a años antes de sus triunfos electorales. Es decir, toda una trayectoria política queda ensombrecida por el pecado original.

Pero si esta consideración se refiere al pasado, otra no menos importante apunta al futuro, en concreto, al rumbo del pulso soberanista que vivirá su momento álgido este otoño. La pregunta es: ¿Afecta al procés el reconocimiento por parte de uno de los padres de la criatura de un grave incumplimiento de sus obligaciones tributarias?

Sí afectará

La respuesta, por más que la oleada independentista no es un invento de las camarillas del poder político, sino que ha movilizado a grandes capas sociales, es que sí afectará, al menos por tres motivos.

Primero. Debilita a quien es, sin discusión, el líder del proceso, Artur Mas, hijo político del hombre que acaba de echar una tonelada de basura sobre su legado. Cuando el miércoles Mas se vea en la Moncloa con Mariano Rajoy y comparezca después ante los medios, le acompañarán las sombras de la familia Pujol.

Segundo. La confesión del viernes carga de razones a quienes han querido ver en el crescendo soberanista de CiU una huida hacia adelante para salir de charcos poco presentables.

Tercero. Porque tendrá una repercusión muy negativa para CiU en las próximas citas electorales, de manera que es probable que el peso específico del soberanismo se desplace hacia ERC. Ojo al dato.