Se ha ido Juan Moreta, el inventor de los títulos

Déjenme que les escriba unas líneas. Nada, veinte a lo sumo. Cincuenta. Déjenme que les cuente, nada, en pocas palabras y líneas que se acaba de ir un buen hombre y, sobre todo, un hombre muy, muy, muy importante para el deporte español, para la explosión, el estallido definitivo, del motociclismo español. Déjenme que les diga que Juan Moreta, ya expresidente de la Real Federación Española de Motociclismo, fue alguien que se dejó parte de esa salud que, al final, fue quebradiza, durísima, muy dolorosa, cansina, por la generación que siguió a Emilio Alzamora, Carlos Checa y Álex Crivillé. Déjenme que les diga que Moreta es el padre, la madre, el tío y hasta el hermano de todos esos pilotos que, ahora, están arrasando en el mundo y que han logrado, sí, más de un triplete mundialista.

Déjenme que les cuente que, mientras sus chicos siguen haciendo estragos en el Mundial, ayer mismo en Austin (Texas, EEUU) y mañana en Termas de Río Hondo (Argentina), mientras decenas y decenas de países y federaciones tratan de averiguar y, sobre todo, copiar, la manera, la escuela, la cuna, el sistema, el proyecto de cómo crear campeones del mundo, Moreta vivía en silencio su enfermedad. Cómo no, junto a Ángel Viladoms, su sucesor, alumno aventajado, amigo y expresidente de la Catalana y, ahora, presidente de la Española. Y junto a Sebastià Salvadó, presidente del RACC y otro de los grandes culpables de esta explosión. Y junto a Carmelo Ezpeleta, máximo responsable de Dorna. Y junto a Alberto Puig, otro enfermo, que siempre ha estado detrás de los proyectos e ideas de Moreta. Y Emilio Alzamora. Y Repsol. Y Cepsa. Y los circuitos.

Con todos ellos discutía y se peleaba a gritos Moreta, tratando de hacerles entender que o hacían eso, o no habría campeones. Y lo hicieron. ¡Vaya si lo hicieron! Y ahí está Marc Márquez y no solo él. Todos los demás. Que son muchos. Todos ellos tuvieron un padre, una madre, un tío y hasta un hermano que se les acaba de ir. Y veremos qué será de ellos. Perdón, de los que están en pañales, de los nuevos peques y de los que están por llegar.

Déjenme que les diga que se ha ido un buen hombre, capaz de ser muy malo, veneno puro, cuando se trataba de defender su proyecto. Y su proyecto fue una idea copiada por el mundo entero. Su proyecto fueron todos esos títulos y ese dominio que ha convertido a la 'armada española' en la mejor parrilla, parrillas, de todos los tiempos.

Déjenme decirles, pues, que todo eso lo hizo Moreta de la mano de su pandilla.