Pequeño observatorio

Santa Coloma ha inventado la 'grama'

La evolución de la moneda ha sido paralela a la aparición de los grandes estados

Vista aérea de la calle Pirineus en Santa Coloma de Gramenet.

Vista aérea de la calle Pirineus en Santa Coloma de Gramenet. / periodico

JOSEP MARIA ESPINÀS

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Cuando yo era niño, jugaba con dinero inventado. Ahora pienso que el juego no debía ser muy apasionante, pero ya se sabe que cuando se es niño, y se pasa un largo verano en un pueblo, se puede despertar la capacidad de imaginación.

En Argentona había un popular tranvía que conectaba la villa con Mataró. Uno de los entretenimientos consistía en recoger las tapas de cerveza y de gaseosa -la mayoría encontradas en el Casino- y ponerlas en la vía del tranvía. Cuando pasaba, las tapas quedaban aplastadas y se convertían en piezas planas y perfectamente redondas que podían parecer unas monedas. Es uno de esos recuerdos que no pueden programarse, que se conservan extrañamente a lo largo de los años, pequeñas insignificancias que siguen vivas en la memoria.

Aquellas imágenes han reaparecido cuando he leído que Santa Coloma de Gramenet busca un nombre para su moneda local. Las propuestas se podrán hacer llegar a una web municipal y en diversos puntos de la ciudad se instalarán urnas. Quien haya presentado el nombre que salga ganador recibirá un cheque de 500 euros en la nueva divisa para gastarlos en comercios adheridos. Bien mirado, esta iniciativa se relaciona de alguna manera con la historia del dinero y las monedas. En tiempos antiguos, la diversidad de monedas era notable. Quizá sería exagerado decir que cada conde, cada rey, tenía su moneda. Solo recordaré un ejemplo: la moneda barcelonesa, de plata, que era la del conde Borrell.

¡Qué extraordinaria evolución la de la moneda! Una evolución, paralela a la aparición de los grandes estados. Una antigua expresión dice: «Dinero llama a dinero». Hoy hay unas monedas que superan las fronteras. Se podría hacer una lista de los ciudadanos europeos que se hacen ricos negociando con dólares. La especulación dineraria ya es internacional. El clásico castellano ya lo sentenció: «Poderoso caballero es don Dinero». El invento de Santa Coloma, el dinero municipal, es una revolución.