España ante la anomalía catalana

Que incluso con el PP aislado España renuncie a proponer a Catalunya una alternativa inclusiva constituye la mejor noticia para el independentismo

ENRIC HERNÀNDEZ

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El anunciado fracaso de la investidura de Pedro Sánchez abre la puerta a un inédito y muy incierto escenario en la política española. Los zarpazos de Pablo Iglesias al PSOE y los desplantes a Podemos de Sánchez, que por imperativos orgánicos y cálculo electoral ha dado prioridad al pacto con Ciudadanos, han dejado en ambas facciones de la izquierda heridas que costará restañar. Nada positivo presagia el evidente resquemor entre Sánchez e Iglesias, si bien la aritmética parlamentaria, tozuda, les endosa a ambos la disyuntiva histórica de sellar un acuerdo no excluyente o abocar a España a nuevas elecciones.

La bronca semana parlamentaria deja entre la ciudadanía un sabor amargo y la convicción de que los partidos, en su conjunto, no han estado a la altura del encargo recibido en las urnas. El afán por conservar o conquistar el poder, según el caso, se antepone a la urgencia de construir una mayoría consistente y capaz de gobernar el país. Los líderes políticos fijan la vista en la actual composición del Congreso al tiempo que miran de reojo a la posible repetición de las elecciones, estrabismo que pierde de vista los intereses generales primando los partidistas.

Pese las dos derrotas sufridas, Sánchez sigue siendo el único dirigente capaz de articular mayorías, del centro a la izquierda. Su pacto con Ciudadanos, por añadidura, aborta --quién sabe si definitivamente-- las maniobras en favor de la Gran Coalición, esculpe el epitafio político de Mariano Rajoy y encumbra a Albert Rivera a fin de dinamitar la hegemonía conservadora del PP. La división de la derecha, análoga a la que siempre ha padecido la izquierda, supondrá un punto de inflexión en la democracia española. Podemos debería tomar buena nota.

El PP, al rincón de pensar

Pero la gran anomalía, más que el traspié de Sánchez, es que esta España ingobernable se obstine en borrar de la ecuación la variable catalana, desoyendo incluso la posibilista oferta de Francesc Homs Francesc Homs. Que hasta con el PP castigado en el rincón de pensar España renuncie a proponer a Catalunya una alternativa inclusiva frente a la secesión constituye la mejor noticia para el independentismo.