Sánchez contra el populismo

Las buenas expectativas de Podemos en todas las encuestas van a condicionar, junto al soberanismo catalán, las líneas maestras del nuevo mapa político que ya se dibuja y que acabará con el desgastado esquema nacido en las elecciones de 1977, las primeras de la democracia, y consagrado en las reglas de juego establecidas en la Constitución de 1978. El terremoto que se avecina tendrá especial impacto en el polo de la izquierda, donde la formación de Pablo Iglesias busca su espacio a costa del PSOE e Izquierda Unida. Frente a la amenaza, esas dos formaciones han reaccionado de manera opuesta. Mientras IU se prepara para futuras alianzas con la fuerza emergente (de ahí el meteórico ascenso del joven diputado Alberto Garzón), el PSOE ha optado por marcar territorio, adoptar la actitud circunspecta de 'partido de gobierno' y denunciar el populismo de los jóvenes cachorros salidos del 15-M y de las facultades de Ciencias Políticas.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, fue tajante en su discurso del sábado ante el comité federal del partido: "Nos tenemos que enfrentar con la idea del populismo. Un proyecto que se construye sobre el descrédito del otro, sin aportar soluciones, (...) con propuestas que provocarían frustración y un pobre futuro para España". Una posición tan contundente como poco matizada.

Cerrarse puertas

Porque ¿no se cierra el PSOE demasiadas puertas al descalificar de forma tan genérica a una fuerza política que le pisa los talones en las encuestas y a la que necesitará para establecer pactos en muchos ayuntamientos tras las elecciones municipales del próximo mes de mayo? Tal vez Sánchez tendría que haber mostrado su coincidencia con Iglesias en algunos puntos del programa de regeneración democrática y de defensa del Estado del bienestar y marcar las diferencias en los aspectos más 'bolivarianos' del ideario de Podemos (pago de la deuda,  promesa de implantar una renta básica para todo ciudadano, etcétera).

Está por ver si la denuncia del populismo en las ofertas de Iglesias, Monedero, Errejón y Bescansa no se convertirá en un bumerán contra Sánchez y el PSOE.