Peccata minuta

Sadomarianismo

JOAN OLLÉ

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Escribió Vázquez Montalbán en 1973 la letra de un cantable que decía así: «Cuando era pequeña / los cuentos decían / llegará a tu vida / un príncipe azul / No lo quiero azul, /no lo quiero azul, / que lo quiero lila, / que lo quiero lila…». Debía ir dedicado a Juan Carlos. Poco podía imaginarse MVM, 43 años después, la azulísima y pitufa España -con la excepción asterixiana de Catalunya y Euskadi- que ha salidoó de las urnas. Los sondeos, incluidos los a pie de urna, llenaron de moratones las esperanzas de los morados en favor de los moderados, también llamados PP.

Me llega un meme al móvil en el que Francisco Franco dice: «Llego a saber lo subnormales que sois y hago elecciones». Y otro, con la imagen de un hombre humilde emocionadamente abrazado a Rajoy, suplicándole: «¡Róbame, Mariano, róbame!». ¿Nos encontramos ante un fenómeno de sadomarianismo colectivo en el que las turbias conversaciones entre Fernández Díaz y el Cobrador del Faude no han hecho más que avivar el culto al triunfante pasmarote? En el balcón de Génova apenas acertó a decir una docena de veces la palabra España: cuando los mercados bailan, algunos optan por acogerse al patrón oro, protegido por un épico paréntesis de sangre.

Al plateado Josep Borrell le bastó apenas media hora con Junqueras en el programa de Cuní para sacar a la luz pública los auténticos trapos sucios de las huestes indepe-republicanas, que no lograron detectar los cloaquiles empeños de Mortadelo Fernández y Filemón Fraude. El british-leridano se limitó, sin enmendar el gesto y nunca interrumpiendo, a recordarle al de Sant Vicenç dels Horts cuántas y cuántas falsedades de todo tipo -el casi lord nunca pronunció la palabra mentira- había llegado a inventar en los últimos años con tal de excitar los ánimos de los suyos, mentándole como ejemplo de seriedad contable a Mas-Colell. La excitación, ligada a la falta de argumentos, del actual conseller fue creciendo exponencialmente -mientras el otro se tomaba un martini- hasta, supongo, sentir vergüenza de sus alaridos de dragón herido por Sant Jordi. O no, vete a saber. Y sus incondicionales tampoco le defraudaron en las urnas: una variante soberanista del sadomarianismo.

El lila desteñido de Podemos

Intenso debate de fin de semana de los de Podemos -o Pablemos, como reza otro meme- para averiguar por qué, contra pronóstico, España decidió in extremis desteñir el inquietante lila hasta dejarlo en plácido azul, como los veranos de Chanquete. En el debate a cuatro, Rivera le preguntó a Iglesias por las posibles subvenciones maduro-chavistas, y el de la coleta se fue por los cerros de Úbeda silbando una canción de Sabina. «Nunca es triste la verdad; lo que no tiene es remedio», responde, desde lejos, su primo Serrat.