Dos miradas

Sacudida

La sopresa artística de la temporada son las esculturas de Gerard Mas en la Thyseen de Sant Feliu de Guíxols

gerard mas

gerard mas / periodico

JOSEP MARIA FONALLERAS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Todavía puede verse (hasta mediados de octubre) la exposición 'Un món ideal', una muestra de la colección Carmen Thyssen donde las piezas hablan entre ellas. Se establece así un diálogo, a veces anecdótico, a veces conceptual. Hay un 'van gogh' excepcional que prefigura –en las baldosas de un caserón, en la figura de los hombres que trabajan en el molino–los trazos del pintor que estallará años después. Hay un 'pissarro' solar que deslumbra y unos 'planells' que sirven para reivindicar su obra surrealista, tan desconocida. A mí me fascinó un 'torres garcia' alejado de la estética novecentista, con aquellos cajones que desean meter el universo en una estantería. Del todo recomendable.

Ahora bien, en el piso superior del monasterio de Sant Feliu de Guíxols se halla la sorpresa de la temporada. Son las esculturas de Gerard Mas, 'Iconoplàstia', una muestra paralela a la Thyssen que «entra por los sentidos, sin manual de instrucciones». Son piezas de mármol, de alabastro, de madera, que juegan con la figuración y que provocan «una sacudida visual en un entorno de armonía y medida». Variaciones a partir del recuerdo de la 'Dama del armiño', de Leonardo, con mujeres pulcramente vestidas y con globos de chicle en la boca o con ortodoncias. Guiños a Chillida a partir de un cordero. Niños enormes que atraen y aterrorizan. Una cariátide que sostiene el mundo practicando la vertical. Una filigrana técnica hecha de ironía e inteligencia. Imprescindible.