Dos miradas

Ruido y silencio

Frente a la edad media de los yihadistas, las risas alborotadas de las guerreras

EMMA RIVEROLA

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Shaimaa el Sabag fue asesinada en el centro de El Cairo por la policía. Un disparo a quemarropa. Previamente no mostró resistencia, ni protagonizó ningún incidente, tan solo se dirigía con sus compañeros del partido Alianza Popular Socialista hacia la plaza Tahrir a depositar un ramo de flores en memoria de los muertos de la revolución del 2011. El crimen fue grabado en directo. En las conmovedoras imágenes se contempla su cuerpo ensangrentado desvaneciéndose en los brazos de su marido. Y un silencio hondo y espeso parece brotar del sinsentido de esa muerte salvaje.

Después de cuatro meses de asedio, las fuerzas kurdas han expulsado al Estado Islámico de Kobani. La victoria puede que sea efímera, pero la recuperación de uno de los principales enclaves kurdos en Siria es emblemática. Entre las imágenes de la victoria destacan las de las mujeres combatientes, un grueso importante de la defensa kurda. Muchas de ellas muy jóvenes, de apenas 18 años, decididas a defender a su pueblo, pero también a ellas mismas de la esclavitud, la muerte o la prisión del niqab. Imposible no contagiarse de sus amplias sonrisas y de un orgullo que se adivina valiente, ruidoso y alegre. Frente a la edad media de los yihadistas, las risas alborotadas de las guerreras. Frente a la intolerancia del poder, el silencio eterno, pesado y áspero, de Shaimaa. Vida y muerte. Ruido y silencio de las mujeres en lucha.