EL INGRESO EN PRISIÓN DE SANDRO ROSELL

A veces la realidad es un desierto

El aspecto más relevante de la última década del barcelonismo es la gran distancia entre la vida institucional y la vida deportiva del club

Sandro Rosell, a su salida el martes, detenido, de su domicilio en Barcelona.

Sandro Rosell, a su salida el martes, detenido, de su domicilio en Barcelona. / periodico

JORDI PUNTÍ

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En el 2006, meses después de dejar la directiva del FC Barcelona por desavenencias con Joan Laporta, Sandro Rosell publicó un libro de género inclasificable, a medio camino de las memorias, la teoría empresarial y el anecdotario del Barça. Se titulaba 'Bienvenidos al mundo real' y, tras el título y el trébol de tres hojas que adornaba la cubierta, sus páginas derramaban optimismo. Para los que habíamos seguido con más o menos interés esa primera fase del culebrón azulgrana, con las discrepancias con Laporta, daba la impresión de que era una declaración de guerra bajo la forma de armisticio. La tesis de fondo, para entendernos, era que la realidad siempre acaba ganando y que, si trabajas con esfuerzo y pasión, el presente te pondrá en la mano un trébol de cuatro hojas. Ahora bien, si este empuje lo convertiría en presidente del Barça, entonces era una incógnita.

Lo que quedaba claro, sin embargo, es que el título de aquel libro salía de la película 'Matrix'. Al principio, cuando Neo despierta, abre los ojos y Morpheus le dice: «Bienvenido al mundo real». Sólo que el mundo real era, de hecho, una ilusión. O una ilusión hecha de ilusiones. Ahora sería demasiado fácil reprocharle la frase a Rosell: el mundo real, donde los que blanquean dinero lo acaban pagando. En todo caso la decisión del juez de dictar prisión incondicional hace pensar que él y los otros detenidos vivían en una realidad diferente, un mundo hecho de influencias y apariencias, donde la impunidad parece reservada a las clases dirigentes... Pero no para todos, claro.

POBREZA MORAL Y ECONÓMICA

Es probable que el aspecto más relevante de la última década del barcelonismo sea la gran distancia entre la vida institucional y la vida deportiva del club: el éxito de un modelo futbolístico a nivel mundial se consigue a pesar de la pobreza moral y económica de muchas decisiones de la junta. Lo que ocurre, sin embargo, es que de mundos reales hay muchos, y a veces incluso hay mundos reales -de realeza- que parecen lejos de la realidad que conocemos.

En uno de estos mundos paralelos hay también la esfera de las influencias, que en España suelen ser centrípetas: comienzan en el kilómetro cero de Madrid y poco a poco, como círculos concéntricos en un lago, se van desvaneciendo. No parece una casualidad que, en la semana que el Barça va a jugar la final de la Copa del Rey, salgan a la luz la ratificación de la sentencia a Messi y la prisión incondicional para Rosell. Con tanta intriga mediática, ni siquiera queda espacio para valorar el hecho de que Joan Laporta quede exonerado de la acción de responsabilidad interpuesta por la junta directiva actual. Alguien se está divirtiendo mucho a costa del Barça.

Antes de que Rosell cogiera prestado su título de 'Matrix', el filósofo Slavoj Zizek ya lo había hecho en su libro 'Bienvenidos al desierto de lo real'. Su tesis, sin embargo, era menos halagüeña que la del expresidente del Barça. Quizá el mundo de hoy tiene un aspecto espectacular, de oro y champán, decía Zizek, pero no es más que una ilusión: es un decorado, está vacío, es un desierto. Rosell, precisamente, comienza ahora su travesía del desierto.