Los rombos son peligrosos

El escudo real y la bandera republicana en una misma camiseta es una metáfora de la España actual

La nueva camiseta de la selección española.

La nueva camiseta de la selección española. / periodico

Jordi Puntí

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Hacía meses que, en algún lugar de Alemania, un equipo de diseñadores de Adidas trabajaba en la imagen de varias camisetas para el Mundial de fútbol de Rusia en el 2018: equipos ya clasificados como Alemania, Argentina, Bélgica, Japón, España... Un día, alguna mente creativa tuvo una visión: esta es la temporada de los rombos, se dijo, de los colores que se entremezclan para recrear un estilo clásico. Llegó por fin el día de presentarlas en público y, de repente, alguien vio en la camiseta española la bandera republicana. Se despertaron en un instante las pasiones más ciegas y las más entusiastas. Las dos Españas. 'La Roja' pasaría a ser la 'Rojimorada' y, de repente, Rusia -que estos días conmemora el centenario de su Revolución- parecía un lugar idóneo para ganar un Mundial.

Entretanto, desde Adidas se ha comunicado que en realidad el color utilizado es el azul, y no el morado, y que se trata tan solo de un efecto óptico. Pero no sé si la solución es mejor que el problema: ¿rojo y azul? O para que se me entienda mejor: ¿azul y grana? Si no fuera por estas polémicas de semana sin Liga, ¿a quién le interesa el diseño en el mundo del fútbol? Este artículo está condenado al fracaso, ya lo veo, pero resulta que el asunto es más importante de lo que parece a primera vista.

Diseños unificados

Hace un año, la Premier League inglesa dio a conocer las normas de diseño que los clubs británicos debían seguir la próxima temporada en sus camisetas. Cada década, los diseñadores del estudio Sporting iD reciben el encargo de actualizar ese grafismo que todos reconocemos al ver partidos del Arsenal, Tottenham o Chelsea: los nombres bien trazados en la espalda, el dorsal claro y comprensible. Se trata de un diseño clásico y bien resuelto, respetuoso con la tradición británica, y como me gusta la tipografía, veo en esa letra de palo seco -llamada asimismo Premier- un homenaje al diseño de los libros de la Penguin, o del grafismo del metro de Londres. Tipos de letras eternos, creados por Eric Gill, por Edward Johnston. Incluso el nombre imposible de ese jugador del LiverpoolOxlade-Chamberlain, queda bien en la camiseta.

Meses más tarde, la Liga de Fútbol Profesional tomó ejemplo de los ingleses y decidió unificar desde la temporada 2017-18 las normas para los nombres y números en las camisetas. Es un cambio notable. Antes cada club iba por libre y veíamos diseños que daban pavor. Recuerdo una tipografía del Betis que tenía un aire de esas viejas letras del oeste, de Fort Apache. Uno leía el nombre de Joaquín, o de Sanabria, y casi esperaba leer debajo: "Se busca, vivo o muerto". Pero la palma se la llevaba el Villarreal. Sus letras y sobre todo sus números negros, sobre fondo amarillo, parecían hechos a mano, trazados por un grafitero a la puerta del vestuario: los mirabas miras más de cinco segundos y te mareabas.

No sé si una camiseta más bonita ayuda a jugar mejor, es probable que no, pero quizá la convivencia en una misma camiseta del escudo real y la bandera republicana sea una buena metáfora de la España actual.