Pequeño observatorio

Rogent, el maestro recuperado

El camino del pintor fue corto pero su figura siempre me ha parecido que marcaba mi paso

'La planxadora' (1949), óleo de Ramon Rogent.

'La planxadora' (1949), óleo de Ramon Rogent. / periodico

JOSEP MARIA ESPINÀS

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Sería a finales de septiembre de 1953 cuando, después de la boda, fuimos a París. Instalados en un hotel modesto, íbamos a comer a unos restaurantes que no eran, precisamente, de primera categoría. Uno de esos días, una pareja nos pidió permiso para compartir la mesa para cuatro personas. Eran nórdicos, quizá suecos. Él no tardó mucho en preguntarnos si éramos catalanes. Me quedé bastante sorprendido. Me explicaron que tenían unos amigos, en París, que hablaban nuestro idioma. Pregunté cómo se llamaban, aquellos amigos, y la respuesta fue: «Rogent». Los nórdicos tenían que ir a ver los Rogent y nosotros nos añadimos.

Este fue el origen de nuestra amistad con el pintor Ramon Rogent, una amistad que se consolidó cuando nos fuimos viendo periódicamente ya en Barcelona.Pero la relación, tan afectiva, fue terriblemente corta. Una amistad que se iba arraigando quedó interrumpida por la muerte del joven pintor, en un accidente de coche, cuando Rogent iba con unos discípulos a París para visitar a Pablo Picasso.

He visitado, ahora, en el Espacio VolArt, una extraordinaria exposición de Rogent impulsada por la Fundació Vila Casas. He celebrado que acudiera tanta gente. ¡Qué colores tan vitales, qué trazos tan limpios, qué identidad tan expresiva! Tengo en casa dos pinturas de Rogent. Una, la fachada de Nôtre Dame, que me recuerda nuestro encuentro parisino. El otro cuadro es la figura de un hombre caminando con una guitarra colgada al hombro. Tal vez la síntesis de mi vida: amar los caminos y las canciones. Una especie de autobiografía pictórica.

El camino de Rogent, en este mundo, fue demasiado corto. Pero siempre he mirado aquella figura como si me marcara el paso.Celebro esta exposición. Será una sorpresa para mucha gente. Rogent murió yendo a ver a Picasso con sus alumnos. Hoy sabemos que, tan joven como era, también era un maestro.