Análisis
Robots que no pagan impuestos
Estamos ante el umbral de una época en que el trabajo humano se va a hacer masivamente prescindible. La pregunta es bajo qué condiciones y límites
Xavier Martínez-Celorrio
Profesor de Sociología de la Universitat de Barcelona.
XAVIER MARTÍNEZ CELORRIO
La cuarta revolución industrial ya está aquí entre nosotros aunque no la percibamos. Avanza imparable en centros de investigación y desarrollo tecnológico bajo una fuerte competitividad por conquistar nuevas fronteras y límites sin tener en cuenta sus costes sociales y humanos. Se estima que en cuatro años, los taxis de Japón serán robots y una parte importante de la logística se realizará con drones, prescindiendo de miles de empleos. Los recepcionistas de hotel o las cajeras de supermercado son ejemplos de los millones de funciones sustituibles por robots. Buena parte de los obreros de fabricación de la industria, de la venta en comercios, de las rutinas administrativas e, incluso, de ciertas rutinas expertas como la de analistas financieros, abogados y periodistas serán prescindibles ante el avance de la robótica y la inteligencia artificial.
Según un informe del banco Merrill Lynch, el 45% de los puestos de trabajo de fabricación en el sector industrial serán robotizados en los próximos 20 años frente al 10% actual. La inteligencia artificial, cuyas posibilidades y desmanes se nos han mostrado en muchas películas de ciencia ficción, crecerá un 36% ligada al Internet de las cosas (IoT) y la denominada Industria 4.0. Su aplicación en el hogar, en los servicios, en el transporte, en la sanidad, en las finanzas, en el ocio y en la industria militar y de seguridad reforzará el papel de EEUU, Japón, China, Corea del Sur y la India como nuevos centros de poder y de liderazgo de la cuarta revolución industrial.
LA FUTURA LUCHA DE CLASES
Se estima que la robotización de la industria y de los servicios aumentará la productividad un 30% a costa de reducir costes laborales entre un 18% y un 33%. Ahí está la clave. La historia del capitalismo es la historia de su plusvalía y su tasa de ganancia a costa del trabajo humano, ya sea de tipo colonial, obrero o de clase media. Ahora estamos ante el umbral de una época en que el trabajo humano se va a hacer masivamente prescindible. La pregunta es bajo qué condiciones y límites. Si el futuro es una robotización destructora de empleo humano, sin pagar impuestos, sin capacidad de protesta y devaluadora de los salarios, la cuestión es si esa tendencia intrínseca del desarrollo capitalista puede ser regulada en clave de bienestar y equidad o en clave de beneficio y explotación.
La lucha de clases del futuro será entre las máquinas y los humanos críticos que defienden su libertad como individuos y miembros de una comunidad decente. Por eso conviene abrir debates y regulaciones sobre el tipo de poscapitalismo y de sociedad 4.0 que queremos como ciudadanos libres en nuestras supuestas democracias. ¿Podemos decidir que ya toca repartir el tiempo de trabajo, adelantar la edad de jubilación y redistribuir las enormes plusvalías de la robotización?
Las utopías de Paul Lafargue o de André Gorz de una jornada semanal de 15 horas, con industrias que paguen impuestos por los robots que usan y con una renta básica de ciudadanía ya no son ideas descabelladas. Son exigencias de una ciudadanía crítica que, con el tiempo, irán ganando terreno hasta fijar un nuevo contrato social. Si el capitalismo opta por un devenir poshumano y robótico, está en nuestras manos y consciencias decidir si lo permitimos y con qué compensaciones. ¿Nos ponemos las pilas?
- Barcelona, “decepcionada” y “preocupada” por que la Generalitat anuncie una desalinizadora flotante en el puerto sin avisarle
- García-Castellón y Gadea dejarán sus plazas en la Audiencia Nacional y Pedraz sopesa hacerse con el juzgado del Tsunami, por Ernesto Ekaizer
- El invierno vuelve por Sant Jordi: los meteorólogos alertan del fenómeno que nos espera la próxima semana en Catalunya
- Airbnb aconseja a los propietarios que no anuncien las piscinas en sus alojamientos turísticos
- El presidente del PP de Esplugues coló durante años facturas personales como gastos del partido para pagarlas con dinero público
- Vuelve Moisés a Pasapalabra: el concursante desvela los problemas que sufrió en el pasado y por los que tuvo que abandonar el programa
- DANA a la vista: estas serán las zonas más afectadas
- La tiña se expande en Catalunya entre los adolescentes que se rasuran asiduamente la nuca en las barberías 'low cost