La clave

Robots en Twitter

JUANCHO DUMALL

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Movilizaciones como las del 15-M o las llamadas primaveras árabes dieron a las redes sociales el estatus de poderosas herramientas liberadoras, capaces de burlar los férreos  sistemas de comunicación de masas de las dictaduras y de los más sutiles de las democracias occidentales. «Twitter cambiará el mundo», pensaron quienes aplaudieron la concentración de miles de personas en la plaza Tahrir de El Cairo en el 2011. Lo mismo que se proclamaría cuatro meses después en España con la inesperada eclosión del 15-M. La comunicación en red se presentó, con sobradas razones, como el instrumento capaz de alterar las agendas marcadas por los poderes tradicionales. Era la versión organizada del rudimentario pásalo, que fue determinante en la derrota del PP en el 2004. Las redes permitían la guerra de guerrillas frente a los vierjos ejércitos de la comunicación, organizados a  la manera clásica.

Pero el sistema, como se decía en el argot marxista, tiene sus autodefensas. La última, aplicada a Twitter, es el uso de robots para manipuilar trending topics  (temas del momento), comprar seguidores, difundir ideas o contrarrestar mensajes. El reportaje publicado ayer en este diario por Carmen Jané mostraba cómo la inteligencia artificial, debidamente orientada (off course), empieza a ser capaz de marcar las tendencias de opinión y de levantar muros frente a determinados mensajes.

En las décadas de los 60 y los 70, la época dorada de las grandes agencias de información, se decía que un acuerdo entre cuatro de esas grandes corporaciones informativas podría crear una mentira planetaria. Lo de hoy es más perverso, porque la manipulación de las redes la pueden hacer robots convenientemente programados, pero con una capacidad casi infinita de generar mensajes virales.

El nuevo periodismo

Twitter ha cambiado el periodismo, hasta el punto de que un retuit de un famoso, aunque sea un alcornoque, puede alterar las redacciones. Pero no sabíamos que la robótica aplicada a las redes sociales iba a determinar los mensajes, los liderazgos y los asuntos sobre los que gira el debate ciudadano.