Riesgo de limpieza étnica en Sudán del Sur

Desde 2013, más de un millon de personas han abandonado el país, siendo el éxodo más grande en África central desde el genocidio en Ruanda

Desplazados sursudaneses de los combates de Yuba en un campamento de la ONU.

Desplazados sursudaneses de los combates de Yuba en un campamento de la ONU. / periodico

ALMA AGUSTÍ

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Naciones Unidas publicó un informe el 10 de noviembre de 2016 advirtiendo a la comunidad internacional del inminente riesgo de una limpieza étnica y genocidio de las dimensiones de Ruanda en Sudán del Sur. 

El informe de la comisión de derechos humanos de Naciones Unidas en Sudán del Sur declaró, tras diez días observando la situación del conflicto alrededor del país, que se están llevando a cabo masacres, violaciones en grupo e inanición como táctica de guerra.  

EN GUERRA DESDE EL 2013

El joven Estado que declaro su independencia de Sudán en el 2011 lleva en guerra desde 2013 cuando una facción del Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán  intentó efectuar un golpe de Estado fruto de rivalidades internas en su brazo político. El intento de golpe de estado del vicepresidente Riek Machar contra el gobierno de Salva Kiir ha enfrentado a los grupos étnicos de ambos políticos- nuer y dinka, respectivamente- y generalizado el conflicto al resto del país, compuesto por más de 60 grupos étnicos, históricamente enfrentados con los dinka.

Tras su secesión de Sudán, la nación más joven del mundo se encontraba en un estado económica y políticamente frágil. La politización del Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán en el único partido político del país no dio lugar a la creación de un sistema político multipartidista. Sin la competencia entre fuerzas políticas necesaria en cualquier estado democrático, la lucha interna en el partido llevo a un conflicto armado.

El Consejo de Seguridad impuso sanciones a Sudán del Sur en marzo del 2015 y congeló los activos de varios militares de ambos bandos del conflicto. En agosto del 2015 los bandos llegaron a un acuerdo de paz, pero el pacto fue quebrantado y la violencia desde entonces ha empeorado. 

CONFLICTO ÉTNICO

En los últimos meses, la confrontación étnica se han generalizado, dividiendo el país políticamente y fomentando una brecha entre grupos étnicos basada en la animosidad. La raíz de la dichas tensiones étnicas se encuentra en las grandes proporciones de grupos humanos desplazados en la región.

Adama Diengconsejero especial de la ONU en la prevención de genocidios, ha pedido al Consejo de Seguridad la imposición de un embargo de armas para prevenir la violencia entre grupos. Asimismo, el coordinador humanitario de la ONU en Sudán del Sur ha declarado su preocupación respecto a los impedimentos burocráticos y las restricciones a las que se enfrentan las agencias humanitarias en el país.

CONSECUENCIAS HUMANITARIAS 

La intensificación del conflicto conlleva graves consecuencias para la estabilidad del joven país y para la región. Si la comunidad internacional fracasa en evitar la limpieza étnica  podríamos estar frente a un genocidio de las dimensiones de Ruanda. Keith Harper, representante de Estados Unidos para el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas declaró en Ginebra que hay pruebas que demuestran que el Gobierno tiene a civiles como blanco en Ecuatoria Central y se está preparando para ataques de gran escala. 

Desde el 2013, más de un millón de personas ha abandonado el país, siendo el éxodo más grande en África central desde el genocidio en Ruanda. Más de 4.000 personas han cruzado la frontera con Uganda, donde el campo de refugiados Bidibidi acoge alrededor de 188.000 personas. Alrededor de 36.000 refugiados han llegado a Etiopía desde septiembre y 57.000 han huído al Congo. Medard Mokobke Mabe, coordinador de la Cruz Roja en la República Democrática del Congo, declara que no tienen recursos para acoger tal flujo de personas, exponiendo a los países vecinos a una gran fuente de inestabilidad añadida.

Ban Ki-Moon declaró que las unidades de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas en Sudán del Sur no tienen los medios para prevenir asesinatos en masa. A día de hoy, la misión en el país tiene aproximadamente 14.000 soldados y policías, pero durante los ataques el pasado julio se observó que no tienen los medios para prevenir ataques a civiles. Asimismo, ataques a trabajadores humanitarios en los últimos meses muestran la incapacidad de garantizar su seguridad. Empleados de ONG han sido atacados y violados en los últimos meses. 

IMPLICACIONES GEOPOLÍTICAS

La crisis en Sudán del Sur preocupa a los países vecinos Uganda, Sudán, EtiopÍa y Eritrea, cuyos intereses divergentes se manifiestan en el conflicto en Sudán del Sur y podrían incrementar la tensión en la región. Por un lado, la alianza entre Uganda y Etiopia en Sudán del Sur preocupa a Eritrea y a Sudán, que ven su posicionamiento regional amenazado. 

El apoyo de Uganda a Sudán del Sur preocupa a Sudán ya que ha contribuido a poner en entredicho la posición geopolítica y económica de Sudán en la región. Sudán ha mostrado apoyo al gobierno de Kiir en Sudán del Sur. Sin embargo, es poco probable que Sudán no esté utilizando el conflicto en el país vecino para debilitarlo dando apoyo a la oposición y presentándose como una alternativa estable y fuerte que pueda competir con los intereses de Uganda. 

DIVISIÓN ACENTUADA

Etiopía ha evitado involucrarse en el conflicto de forma bilateral por varias razones geopolíticas, diplomáticas y de seguridad. El flujo de refugiados de Sudán del Sur a Etiopía, junto con el riesgo de conflicto étnico que podría extenderse a la región de Gambella en Etiopía acentuando la división entre nuer y anuak y la amenaza a la seguridad de las fronteras del país han mantenido hasta hoy a Etiopía con un papel estrictamente diplomático. 

Finalmente, el supuesto apoyo de Eritrea a la oposición en Sudán del Sur, pese a su apoyo oficial al gobierno, es una gran preocupación para Etiopía que ve a Eritrea como la principal fuente de inestabilidad en el cuerno de África. Eritrea ve el conflicto en Sudán del Sur como una oportunidad para establecer su posición en la región, con el apoyo de Sudán, y frenar su vulnerabilidad política.