opinión

De la 'revolución' a la digitalización

Tiendas con carteles de rebajas en el centro de Barcelona el 2 de enero del 2017.

Tiendas con carteles de rebajas en el centro de Barcelona el 2 de enero del 2017. / periodico

Enric Hernàndez

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El otoño caliente catalán, que lo ha sido tanto climática como políticamente, ha dejado profundas secuelas en nuestra sociedad. Desde las primeras detenciones de altos cargos de la Generalitat, el 20 de septiembre, hasta el cese, encarcelamiento o huida de los miembros del Govern, pasando por el violento 1-O y las posteriores protestas callejeras, Catalunya ha vivido sus jornadas más convulsas. La convivencia se ha deteriorado y el tejido económico ha quedado rasgado por la mudanza de miles de empresas, la fuga de depósitos y el frenazo de las inversiones. El fracaso de la candidatura barcelonesa a alojar la Agencia Europea del Medicamento ha engrosado la nube de pesimismo que de un tiempo a esta parte se cierne sobre la población catalana. A resultas de todos estos factores, y de otros que aquí no tienen cabida, las reservas hoteleras decaen, los restaurantes facturan menos y el paro repunta por encima de la media española. Malos tiempos para el consumo.

La campaña navideña de este año está, pues, repleta de incógnitas. No es seguro que las elecciones del 21 de diciembre despejen todas las incertidumbres políticas, ni es probable que baste la llamada a las urnas para sellar la necesaria reconciliación en una ciudadana irresponsablemente fracturada por las élites política. Es más, no se puede descartar que una aritmética parlamentaria endiablada condene a Catalunya a un largo periodo de inestabilidad política que perpetúe la intervención de la autonomía, en aplicación del artículo 155 de la Constitución. Puesto que las decisiones de gasto dependen de la confianza respecto al futuro, mejor ser prudentes y no hacernos muchas ilusiones.

Pero, junto a los efectos funestos que ha acarreado para la economía catalana la tan cacareada como mendaz revolución de las sonrisas, el comercio tradicional afronta un desafío de mucho mayor calado: el impacto de la revolución digital -esta sí, palpable y verdadera- sobre los hábitos de compra de los consumidores. No es aventurado pronosticar que la eclosión del e-commerce y el despegue de las nuevas plataformas digitales de venta y distribución seguirán robando cuota de mercado a los establecimientos físicos.

Al inicio de esta incierta campaña de Navidad, los expertos del suplemento económico +Valor analizan en estas páginas las consecuencias que tendrán para el comercio los citados factores, y también las de fenómenos relativamente recientes como el Black Friday, que estimulan la desestacionalización de las compras. Una guía útil para vendedores... y para potenciales compradores.