La reputación de la banca

Tras una década de crisis financiera, la gran banca ganó hasta septiembre 10.600 millones de euros, pero todavía tiene pendiente recuper la reputación perdida

Algunos afectados por las preferentes de Caja Madrid, ayer, en los juzgados de la plaza de Castilla.

Algunos afectados por las preferentes de Caja Madrid, ayer, en los juzgados de la plaza de Castilla.

Olga Grau

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Los cuatro grandes bancos españoles de capital privado, Santander, BBVA, CaixaBank y Sabadell, ganaron en los nueve primeros meses del año 10.600 millones de euros, frente a los 9.019 millones que obtuvieron en el mismo periodo del 2016. Tras cumplirse una década desde que estalló la crisis financiera, la radiografía de la banca española muestra un progresivo retorno a los beneficios tras años de márgenes estrechos y un drenaje importante de los ratios de morosidad, lo que es una buena noticia para accionistas, clientes y, sobre todo, contribuyentes que se aseguran no tener que rescatar a ninguna otra entidad financiera quebrada. El lado no tan positivo, sin embargo, es que el sector ha avanzado hacia una concentración que empieza a agitar el fantasma del oligopolio sin que Bruselas muestre preocupación alguna por el momento, lo que puede acabar teniendo consecuencias para los clientes.

Al cierre del 2016, CaixaBank, BBVA, Santander, Bankia (que presentará sus resultados el lunes) y el Sabadell ya tenían en sus manos el 61,8% del mercado. Se trata de un incremento de 19,4 puntos porcentuales desde el 2008 tan solo superado en la zona euro en el mismo periodo por el que se registró en Grecia (27,7 puntos). La concentración se debe a que estos grandes bancos han absorbido entidades financieras tan relevantes como Caixa Catalunya, Unnim (BBVA), la CAM (Sabadell), Banco de Valencia, Caixa Girona,  Banca Cívica (CaixaBank) y el Popular (Santander). España era hace una década uno de los mercados financieros más competitivos de Europa con un tejido formado por bancos y cajas de ahorros con oficinas en casi todos los pueblos de España. A pesar de eso, el sector acumuló un reguero de malas prácticas iniciadas en la época de la burbuja financiera que abarca todo tipo de opacidad y abusos en la comercialización de productos como es el caso de las cláusulas suelo o la comercialización masiva de preferentes.

El sector financiero afronta grandes retos en los próximos tiempos. Debe lidiar con los bajos tipos de interés del BCE, cumplir la normativa europea que se dicta desde Bruselas y desde Fráncfort, y hacer frente a las sentencias de los tribunales para resarcir a los clientes abusados. Pero quizás una década después de la crisis que se llevó a la mitad del sector por delante y que ha supuesto unas pérdidas para el erario público de más de 60.000 millones de euros, lo más importante que tiene por delante la banca sea recuperar la reputación perdida por los abusos, muchos cometidos por las cajas de ahorros. Y eso solo es posible a base de ganarse la confianza.

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