La reina del mundo

No está siendo una gran temporada para las series. No es que su calidad haya bajado, sino que es tal el número de productos, que es difícil encontrar nada que destaque. Pero aunque aún queda bastante por estrenarse, sí podemos asegurar que 'The Crown' es una de las que ha venido para quedarse: quizás es la mejor de las vistas en los últimos meses.

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Estrenada el 4 de noviembre en Netflix, está escrita por Peter Morgan, el gran guionista de cintas históricas como 'The Queen' y 'Frost/Nixon' y, al igual que en la primera de ellas, la protagonista de la serie es la <b>Reina Isabel II</b>. 'The Crown' comienza con los hechos que llevaron a la recién casada Isabel a convertirse en reina tras morir su padre Jorge VI, quien ascendió al trono ante la renuncia de su hermano. A partir de ese momento, y con un presupuesto de 10 millones de euros por episodio que se ven en la pantalla sobradamente, la serie recrea con todo lujo de detalles los avatares de la protagonista y su familia, los Windsor, y los principales acontecimientos políticos del Reino Unido.

Si en esta primera entrega de 10 episodios el protagonismo recae en muchos momentos en el histórico <b>Winston Churchill</b>, magníficamente interpretado por un genial <b>John Lithgow,</b> en las sucesivas cinco temporadas más que se prevén aparecerán políticos como Margaret Thatcher o Toni Blair y hechos como la guerra de las Malvinas, la muerte de Lady Diana, los problemas matrimoniales de su hijo Carlos o las aventuras sentimentales de su hermana Margarita.

Todo para atrapar al mismo público que ha tenido a 'Downton Abbey' como su serie favorita, pero esta vez con un culebrón de lujo basado en hechos reales y con el nada indisimulado objetivo de contar al mundo entero la historia británica más reciente, convirtiendo a la desconocida hasta ahora vida privada de Isabel en el devenir de una heroína sin par.

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Todo funciona bien en la serie. Los actores son extraordinarios: Claire Foy, en el papel protagonista principal, Matt Smith el 11º 'Doctor Who' que ahora interpreta al Duque de Edimburgo, o Vanessa Kirby, la que fuera la víctima de la excelente 'The Hour' en el papel de la enamoradiza princesa Margarita, son algunos de los más destacados, junto al ya mencionado Lithgow. Pero también la ambientación histórica, los secundarios y la música del siempre genial Hans Zimmer ('El Rey león', 'Gladiator, 'Batman' y 'El Código Da Vinci', entre otras) le dan a la serie un aire cinematográfico de altísima calidad, muy por encima del nivel medio de las producciones televisivas habituales.

Con productos así, Netflix vuelve a adelantarse a su principal competidor en la tele de pago, HBO, cuyo 'Westworld', pese a su enorme inversión, dista mucho de tener el mismo tirón popular; y al mismo tiempo, la industria de producción audiovisual británica vuelve a lograr el milagro de convertir su propia realidad, la vida en una isla pequeña en medio del Atlántico, en una historia universal, y a su reina, en la soberana del mundo. Esto es lo que llaman hacer marca de un país, algo que se consigue cuando hay voluntad, talento y presupuesto para hacerlo.