La salida de la crisis

¿Reformar el BCE?

La Unión debe emitir Eurobonos e impulsar un plan de estímulo para los países donde más crece el paro

JOSÉ CARLOS DÍEZ

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En el 2008 todas las economías entraron en recesión a la vez tras la quiebra de Lehman Brothers. Pero las políticas económicas aplicadas han sido diferentes y la recuperación asimétrica. Aunque en Europa seguimos en la negación más absoluta de la realidad, esta es tozuda en confirmar nuestros graves errores de política económica.

Nuestra política fiscal metió menos estímulo en el 2008 y lo retiró antes que EEUU. Y el BCE ha doblado el tamaño de su balance y ha bajado los tipos al 0%, al igual que la Reserva Federal (Fed). Pero siempre ha actuado arrastrando los pies, desbordado por los acontecimientos y con los mismos complejos morales que tendría alguien con profundas convicciones religiosas en un burdel.

El problema es que esto no es un burdel, es una depresión con riesgo de quiebra del balance y ruptura del euro. Ahora el presidenteRajoy,tras comprobar que sus medidas han profundizado significativamente la sangría del empleo y la restricción de crédito, se ha caído del caballo y defiende todo lo que criticó. Estímulos fiscales y monetarios para sacar a la economía de la recesión. Muchos piensan queDraghies Santa Claus y puede resolver él solo la crisis.

La realidad es que la política monetaria en una depresión con trampa de liquidez bancaria como la que nos encontramos es incapaz de reactivar el crecimiento. Tú puedes llenar los embalses de agua y llevar al rebaño al abrevadero pero no le puedes obligar a beber.

Los estímulos fiscales, queRajoycriticó como la causa de la crisis y ahora exige aMerkelcomo la solución, sí tienen efectos directos sobre la actividad y el empleo. La solución sería la creación de un Eurobono y un plan de estímulo desde Bruselas concentrado en los países donde aumenta el desempleo. La crisis de Chipre ha vuelto a demostrar que la Comisión y las instituciones europeas son como la cuchara, ni pinchan ni cortan, y son los gobiernos movidos exclusivamente por intereses nacionales los que tiene el poder, hasta para equivocarse.

La misión del BCE aquí sería comprar Eurobonos para dar tiempo a que el estímulo se ponga en marcha y saque a la economía europea de la recesión, como ha hecho la Fed, el Banco de Inglaterra o ahora de nuevo el Banco de Japón. El otro problema es que los inversores se han asustado, con razón, tras ver cómo sistemáticamente ellos son los que sufren las quitas de deuda pública y privada. Por esta razón hay un gran déficit de activos líquidos, básicamente la deuda públicamente alemana, y eso ha segmentado los mercados financieros europeos.

Tenemos una moneda única pero la unión monetaria se ha evaporado por la crisis del euro. Los líderes europeos se llenan la boca con la competitividad pero nuestras empresas sufren una restricción de crédito brutal y las que lo consiguen es a tipos el triple de los que obtiene una empresa alemana. Así es imposible generar proyectos de inversión rentables, lo que ayuda a entender la depresión en la que nos encontramos.

Aquí el BCE es determinante para resolver el problema, aunque su actuación debe ser parte de un plan integral para salir de la recesión. La estrategia del BCE es prestar a los bancos privados y que ellos le resuelvan el problema. Pero la banca europea esta infracapitalizada y concentra sus compras en activos líquidos de los países centrales con mínimo riesgo. El BCE debe seguir los pasos de la Fed y comprar directamente los activos ilíquidos; el problema es que muchos de ellos harán quitas. Y de nuevo volvemos a la necesidad de crear un Eurobono, ya que el actual Fondo Europeo deja la asunción de pérdidas en manos de los estados y no del centro.

¿Debe el BCE cambiar su estrategia? Sin duda. ¿Necesita reformas? No es necesario, con la inflación controlada el Tratado de la Unión le obliga a buscar el objetivo de pleno empleo. Pero, incluir el objetivo de pleno empleo explícitamente en sus estatutos y fijar un ancla sobre la tasa de paro como ha hecho la Fed ayudaría a fijar expectativas en los mercados, aumentaría la oferta de activos líquidos -públicos y sobre todo bancarios-, y a normalizar el crédito a empresas y familias.

¿Se harán estas reformas? Siendo realistas, la experiencia de los tres últimos años no invita al optimismo. Podemos seguir viendo cambios pero sin librarnos de la maldición que asola Europa: las medidas llegan siempre demasiado tarde y con demasiada poca contundencia. Todo el mundo sueña con que pasen las elecciones alemanas para que todos los problemas de nuestra querida Europa se resuelvan. Pero como nos enseñabaCalderón de la Barca,la vida es sueño y los sueños, sueños son.

Lamentablemente, hasta que no se resuelvan todos estos problemas, la recuperación en España es una ensoñación y el riesgo de ruptura del euro aumenta cada día.