LA CLAVE

La reforma constitucional de Ciudadanos

La propuesta del partido naranja tiene aromas centralistas y populistas

JUANCHO DUMALL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Luis Garicano, el principal asesor de Albert Rivera (en cerrada disputa con el catalán Francesc de Carreras) parece haber inspirado parte de la propuesta de reforma de la Constitución que el líder de Ciudadanos presentó el sábado en la simbólica ciudad de Cádiz. Hace años que Garicano suscribió la teoría de César Molinas de que el sistema político español ha alumbrado unas "élites extractivas", nada interesadas en la regeneración del Estado y del tejido democrático. El concepto, enunciado por Molinas en su libro ¿Qué hacer con España? (Destino, 2013), tuvo un fuerte impacto en su día, tal vez porque sintetizaba las causas de la falta de reacción de los partidos ante la crisis, explicaba la desafección hacia la política y daba argumentos teóricos a las legiones de indignados.

Pues bien, la reforma de la Carta Magna que impulsa el partido de Rivera parece ir dirigida a golpear a esas élites que detraen recursos públicos para el beneficio propio. Así debe entenderse la propuesta de eliminar el Senado y las diputaciones provinciales, instituciones donde los partidos cobijan a muchos de sus prohombres y funcionarios y cuya efectividad es discutible.

Pero tras la propuesta del partido naranja late también la idea, con aromas centralistas y populistas, de que se han consolidado unas élites autonómicas a las que conviene poner coto. De ahí la clarísima intención recentralizadora (primacía de la Administración central sobre las autonomías, eliminación de los «privilegios forales», cartera de servicios públicos comunes, competencias intransferibles, etcétera) que alejaría a España del modelo federal y dejaría en clara inferioridad a los poderes periféricos en relación con los del aparato central del Estado.

El ala derecha del PP

El debate sobre la reforma constitucional va abriéndose paso, pero se observan ya trazos incompatibles entre las dos propuestas hasta ahora enunciadas, la de Ciudadanos y la del PSOE. En cambio, sí parece evidente que el modelo territorial del partido de Rivera se acerca más al del ala derecha del PP, que, desde los tiempos de Fraga, ha mirado con desconfianza el tinglado de las autonomías.