Un referéndum en TV-3, sobre TV-3

Después del sectario espot que construyó TV-3 para promocionar y calentar su retransmisión del partido Juventus-Real Madrid, teníamos curiosidad en casa por ver cómo lo retransmitían. El espot, el mensaje que habia impulsado TV-3, era inequívoco. Depositaban todas sus esperanzas en la Juve para que hicieran vivir al Real Madrid «una noche negra». O sea, que la llamada Televisió Nacional de Catalunya no nos planteaba una retransmisión deportiva. Nos invitaba a meternos de cabeza en la trinchera, esa trinchera en la que ella está instalada, y nos señalaba al enemigo. Como ya advirtió Carles Francino en su celebrado artículo publicado en EL PERIÓDICO el pasado jueves, TV-3 buscaba la bronca en lugar de buscar la retransmisión de un encuentro futbolístico. Francino también nos advertía de ese dato incontestable que la pretendida Televisió de Catalunya parece pasarse por el forro: que la masa de simpatizantes del Real Madrid es la segunda en importancia en Catalunya después de la del Barça. En fin, que en casa -como les decía al principio- tuvimos gran interés por ver y escuchar la retransmisión del encuentro. Teníamos curiosidad por ver si el notable trío de narradores-comentaristas, Bernat Soler, Ricard Torquemada y Xavi Torres, iban a hacer de pirómanos en lugar de speakers. Debo decir, porque es de justicia, que hicieron su trabajo con muchísima más dignidad que ese espot que su propia cadena había emitido. Es verdad que los goles del Madrid fueron narrados con escasa alegría. Cosa, por otra parte, comprensible. No hubo aquellas entusiásticas explosiones, tan típicas, en plan «¡Gol, gool, gool, goool... Goooooool!» tan superlativas. Pero tampoco saltaron alborozados cuando marcó la Juve. Fue una retransmisión técnica. Ausencia de pasión. Analítica fría. Pero correctísimos. Y al concluir el encuentro, hasta escuché elogios a la superioridad de los ganadores. Reconocimiento a Cristiano Ronaldo, a Zidane y hasta a don Florentino («Ha cambiado. Ya no colecciona jugadores como cromos. Ahora ha hecho equipo y cuenta con la cantera»).

¡Ahh! A lo mejor sería bueno que pidiéramos también la celebración de un referéndum en el interior de TV-3. A ver cuántos de los casi 2.000 trabajadores en nómina están de acuerdo en ese papel de soldaditos de trinchera en que les han metido. Quizá nos llevaríamos una sorpresa. La esperanza me subyuga.

Y no me llamen iluso.