Recortes y paro

Las cifras de paro del mes de septiembre constituyen la cara más dramática de la crisis y de sus consecuencias humanas. Tras el nuevo aumento -el mayor en este mismo mes desde 1997-, el número de desempleados registrados es de 4.226.744, de los que 600.930 viven en Catalunya. Y, a pesar de que las arcas del Estado gastan 2.465,5 millones mensuales en sufragar los subsidios, el 29% de quienes carecen de trabajo tampoco cobran el seguro de paro. Conforme se alarga la recesión y van cayendo empresas, o van reduciendo sus plantillas, como hacen casi todas las administraciones, el colectivo de personas que pierden su medio de vida aumenta angustiosamente.

Los políticos harían bien absteniéndose de valorar mes tras mes estos datos porque corren el riesgo de hacer el ridículo. En esta ocasión, el cruce de acusaciones viene a cuento de si los recortes de las comunidades autónomas inciden en el incremento del paro. Es de lo más normal que la no renovación de contratos o los despidos de personal interino de las administraciones y de las empresas públicas se reflejen en los datos de afiliación a la Seguridad Social. Leemos a diario noticias de ajustes de las nóminas de instituciones públicas que prestan servicios de todo tipo, por lo que es lógico que ese personal pase ahora a figurar en las listas del desempleo, sin que importe mucho la Administración para la que trabajó.

Pero lo más urgente del drama de la destrucción de empleo es su relación con la política económica que se aplica en el país. Los sindicatos CCOO y UGT lo plantearon ayer sin rodeos, porque, en su opinión, ni la reforma laboral ni los recortes del Gobierno central y de los autonómicos han dado buenos resultados. Ni en crecimiento ni en creación de puestos de trabajo. Las patronales catalanas de pequeñas empresas Pimec y Cecot reclamaron, por su parte, medidas de reactivación.

El debate que se extiende por toda Europa sobre la necesidad o no de atemperar la política de equilibrio presupuestario se plantea en nuestro país con 4,2 millones de parados, y en aumento. Valeriano Gómez, el ministro de Trabajo, ya dijo ayer que el cuarto trimestre va a ser peor de lo que había calculado el Gobierno. Urge, pues, plantearse si debe haber más estímulo y menos recorte.