Editorial

Recorte de ambiciones en Grecia

La aprobación de la propuesta griega de reformas es solo un paso que da un poco de aire al país heleno

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La propuesta de reformas que el Eurogrupo pidió a Grecia para activar la ampliación en cuatro meses del actual plan de rescate ha sido aprobada por Bruselas, aunque con algunas reservas por parte de dos de las instituciones, el FMI y el BCE, que forman parte de la ahora innombrable troika. Esta aprobación es solo un paso que da un poco de aire al país heleno, y no será el último. Queda un enorme espacio para que pueda haber sorpresas desagradables, aunque el presidente del Eurogrupo insistiera ayer en que no se contempla la salida de Grecia del euro. De entrada, para Bruselas la propuesta griega es un punto de partida, mientras que el Gobierno de Atenas quisiera que fuera un punto de llegada. Durante la campaña electoral, Syriza ya empezó a recortar su ambicioso programa eliminando puntos como el de la quita, que en ningún caso habría sido aceptado como objeto de discusión. Ahora la realidad le ha obligado a aceptar mayores concesiones, hasta el punto de que se habla de capitulación de Alexis Tsipras y de victoria de los eurócratas, pero sí ha habido negociación aunque el margen fuera escaso. Hasta ahora el primer ministro tenía un frente abierto, el de Bruselas. Ahora tiene otro en casa, en su propia formación, donde hay sectores que se sienten traicionados. Dentro de cuatro meses Grecia volverá a ocupar el lugar destacado de la agenda europea. Dependerá de cómo gestione el malestar interior y la puesta en práctica de las nuevas reformas que llegue viva o con respiración asistida a esa cita.