+ DEBATE

El reciclaje como motor económico

El concepto de economía circular gana defensores y a actividad relacionada con la producción sostenible acelerará su crecimiento por la concienciación social sobre el medio ambiente

Reciclaje como motor económico_MEDIA_1

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Hace tan solo 20 años, la economía verde era únicamente una actividad con un gran potencial de crecimiento y de creación de empleo. Se consideraba como un nicho económico o un yacimiento de generación de puestos de trabajo mediante pequeñas empresas que daban respuesta a la incipiente preocupación por el medio ambiente.

Ahora, la semilla sembrada ha dado frutos en forma de un sector económico que en Catalunya suma 28.000 puestos de trabajo en más de 1.000 empresas dedicadas a la gestión de residuos, frente a las 23 que existían en 1993. La fuerza del sector, que suma el 6% del producto interior bruto (PIB), tiene todavía mucho potencial de expansión gracias a la creciente concienciación social sobre la necesidad de cuidar el medio ambiente a la hora de gestionar los residuos y en la producción sostenible de los bienes de consumo. Es lo que se conoce como economía circular, en la que el reciclaje emerge como un motor de la economía verde.

En el nuevo paradigma económico, la producción está enfocada a reducir los residuos y facilitar su reciclaje para reutilizarlos como materiales para volver a iniciar el ciclo de producción en las fábricas. La velocidad de desarrollo e implantación de ese nuevo modelo de economía circular se está acelerando gracias a la mayor exigencia de la sociedad en cuanto a respeto al medio ambiente y, en consecuencia, también de las legislaciones reguladoras, tanto las de la Unión Europea, como las del conjunto de España, las autonómicas y las municipales. Pero la verdadera palanca de desarrollo de la nueva economía verde será la generación de una demanda social y económica a medida que la educación ambiental va calando en la sociedad.

Estas son algunas de las conclusiones de los expertos convocados por el foro +Debate de EL PERIÓDICO DE CATALUNYA para abordar la discusión sobre la economía circular y todos los aspectos derivados de la misma.

En el encuentro participaron Josep Maria Tostdirector de la Agència de Residus de CatalunyaMaria Assumpta Farran, directora general de Qualitat Ambiental del departamento de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat de Catalunya; Antonio Barrón, director de Comunicación Corporativa y Marketing de Ecoembes, Ignasi Puig, doctor en Ciencias Ambientales y socio de ENT Enviroment and Management, y Maria Dolors Álvarez del Castillo, subdirectora de Qualitat en la Escola d'Enginyeria de Terrassa-Universitat Politècnica de Catalunya (UPC).

Evolución del sector

Todos los participantes en el debate reconocen que se ha progresado mucho en un plazo de varias décadas, aunque discrepan sobre el grado de desarrollo de la nueva economía circular. "Hay que afrontar el futuro con el concepto de economía circular, en la que el papel del reciclaje es importante. Está contemplado como uno de los ejes para la transformación, junto con la educación, la comunicación, el cambio de patrones en producción y consumo y todo lo referido a la legislación. Es un hecho que la economía o las formas de consumo lineales se agotan. La economía circular no es algo de futuro, ya ha empezado", destacó Antonio Barrón. "En el caso de Ecoembes -añade-, estamos de lleno en ello puesto que el reciclaje es la línea principal junto con la prevención. La economía circular supondría un potencial de ahorro neto en Europa de 600.000 millones, una reducción de emisiones del 2% al 4% y una creación de 600.000 a un millón de puestos de trabajo".

Para Maria Assumpta Farran, "la economía verde no es el futuro, es el presente. Ya estamos en la transición de un modelo económico basado en extraer materias primas, manufacturarlas, poner un producto en el mercado, utilizarlo y desecharlo". Pero reconoce que el camino no es fácil: "En la economía circular el punto inicial y el final tienen que volverse a unir, aunque eso no es fácil porque tenemos una economía basada en la extracción de materias y porque hoy posiblemente es más caro reciclar en lugar de extraer porque no lleva asociados los costes ambientales que comporta".

El experto Ignasi Puig considera que el debate se produce en un entorno mucho más amplio: "Cuando se habla de economía circular me vienen a la cabeza imágenes de la naturaleza y el ser humano, que ya la practicaba hasta hace unos 200 años. Se trata de imitar lo que hace la naturaleza con el ciclo del agua, el carbono, nitrógeno, fósforo, etcétera, y todos estos ciclos se mueven por la energía solar. Nos equivocaríamos si no viésemos el debate de la economía circular desde el punto de vista de la energía porque es fundamental y porque pasar de algunos flujos lineales a circulares no va a ser barato, será caro". A su juicio, queda mucho por hacer todavía: "Es cierto que estamos entrando en la economía circular pero todavía estamos dando los primeros pasos. Miro a mi alrededor y veo muchos productos cuyo destino no será el reciclaje, sino un vertedero".

Maria Dolors Álvarez del Castillo pone el acento en el motor del cambio: "Estamos inmersos en la transición, pero en ella llevamos ya mucho tiempo. Los nuevos modelos circulares tienen que estar focalizados en el uso, algo que se está consiguiendo en muchos aspectos". Josep Maria Tost cuantifica el salto de los últimos años: "El reciclaje ha evolucionado mucho en los últimos 20 años desde ser un problema sanitario por la gestión de residuos a ser un concepto clave. Hemos pasado de un sector inexistente en 1993, con 23 gestores de residuos a más de 1.000 empresas hoy con otras 2.300 empresas vinculadas al transporte de residuos y unos 28.000 trabajadores que representan el 30% del empleo en medio ambiente, genera un 6% del PIB que equivale a unos 12.000 millones".

Los residuos convertidos en materia prima

El reciclaje es una parte fundamental de la cadena de la economía circular, el último eslabón. Se ha avanzado mucho, pero también queda mucho por hacer. "En Ecoembes llevamos 17 años trabajando en el cuidado del medio ambiente a través del reciclaje, con el que se han alcanzado tasas del 72% de los envases que van al contenedor amarillo o azul y que gestionamos", asegura Antonio Barrón. "En reciclaje total -añade- la tasa llega al 32% en España y al 40% en Catalunya. El reciclaje evita la emisión de 14 toneladas de CO2 y ahorra energía, agua y materias primas. Todo ello ha llevado a desarrollar la infraestructura con más de 550.000 contenedores, 94 plantas de clasificación, rutas de recogida...y todo eso mueve 42.000 empleos alrededor de la cadena de reciclaje".

Farran subraya el papel de la Administración como agente facilitador de la extensión del reciclaje. "La reintroducción de residuos en el mercado no siempre es bien vista por la sociedad porque de entrada es desconocida y hay ciertos miedos al cambio, aunque tenemos ejemplos muy positivos. La Administración tiene que hacer que esos procesos sean más fáciles".

Puig considera que "en el reciclaje hay un enorme margen de mejora. «En Europa hay mucha disparidad con países que vierten más del 90% y otros el 5%. Lo mismo sucede entre comunidades autónomas y municipios". Para Maria Dolors Álvarez, "hay que fomentar los subproductos y encontrar puntos de encuentro en la industria de manera que un residuo para una empresa pueda ser utilizado como materia prima por otra". Josep Maria Tost destaca las mejoras registradas en Catalunya, donde "de los 3,5 millones de residuos municipales recuperamos un 38%, de la industria un 80% se recupera y la construcción es una asignatura pendiente al recuperar solo el 40%".

Productos con diseño ecológico

La innovación ha entrado en el diseño de los bienes y servicios para que sean aptos para la economía circular. "La obligación de reducir el número de envases en España ha hecho que haya sido más activo que otros países en el ecodiseño con más de 35.000 iniciativas de empresas que han ahorrado cerca de 450.000 toneladas de materias primas", indicó Barrón.

Para Farran, "el primer punto es minimizar el residuo. Un ejemplo es un producto desarrollado por una empresa catalana que ganó un premio europeo y que consiste en que los envases de productos de limpieza pasaban de una botella de un litro y medio a una pastilla que se disuelve en agua". Puig subraya que "cuando se habla de dejar de producir cosas inútiles es un cambio radical porque supone que haya perdedores netos". Álvarez advierte de que los futuros ingenieros "deben diseñar productos y servicios que consideren todo el ciclo de vida desde su inicio para que se puedan reutilizar y reciclar". Tost destacó el papel de la fiscalidad sobre los vertidos, que en cinco años pasará de 19,1 euros por tonelada a 50. Esa recaudación revierte en premiar las prácticas positivas.