'Ratomaquia' y sexo tántrico

FERRAN MONEGAL

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Hace tiempo que no hablamos de la ratomaquia 'Gran hermano' (T-5). Ahí sigue Merceditas, en su calidad de gran Flautista de Hamelín, soplando la flauta por los menos dos veces por semana. Ya no consigue aquellas audiencias bárbaras que lograba años atrás, pero no es despreciable el número de televidentes que congrega todavía. Parece mentira, pero más de dos millones siguen enganchados a su martingala. Ella, consciente de que el invento de la jaula y los ratoncitos comienza a amainar, se esfuerza para que el tono muscular no decaiga. Una de sus estrategias clásicas es hablar del sexo y sus variantes. ¡Ah! Le gusta trabajar la cuerda erótica. Esta semana estaba entrevistando al expulsado Suso, un muchacho de Ripollet que ha demostrado ser muy fogoso en la jaula, y le decía mirándole el paquete, el bulto de su bragueta: «¿Pero qué tienes tú ahí, criatura? ¡Tampoco debe de haber para tanto! A ver, dime, ¿tú cuánto rato seguido puedes estar follando?». Y en vista de que el muchacho contestó: «¡Yo puedo ser una máquina!», ella sentenció: «¡Ah! Eso sería sexo tántrico, que es un sistema con el que puedes estar follando y follando y follando hasta la eternidad, ¡y sin correrte ni nada!». La verdad es que Suso no entendía nada, y solo iba musitando: «¡Yo me corro p'a fuera, p'a fuera!», pero Merceditas no le hacía caso porque de lo que se trataba era de hablar de sexo tántrico. Con esa estrategia, gesticulando, con grandes aspavientos, y mirándole el paquete con insistencia, Merceditas consiguió una excitación complementaria. Es de lo que se trataba.

SÁNCHEZ DRAGÓ, OTRO TÁNTRICO .- Creo que uno de los primeros en hablar de sexo tántrico en la tele fue Fernando Sánchez Dragó. Fue en el programa de Julia Otero Las cerezas (TVE-1, mayo del 2005). Contó Dragó que había aprendido el arte de «correrse para adentro», y dijo que estaba encantado porque asíno se desgastaba. Ahora Dragó tiene nuevo programa en La 2 (Libros con uasabi) y precisamente ayer, hablando con el escritor Francisco Reyero, sacaron anécdotas sexuales de Frank Sinatra. Contaron que cuando Humphrey Bogart estaba muriéndose en la cama, en la habitación de al lado su esposa Lauren Bacall se acostaba con Sinatra. Por lo visto, pegaban unos polvos muy bárbaros. ¡Ah! Quizá si hubieran practicado sexo tántrico, el dolor del cornudo moribundo habría sido más soportable.