tú y yo somos tres

'Ratomaquia' de divorciados

FERRAN MONEGAL

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N o se han estrujado mucho la cabeza en Tele 5 para comenzar su temporada de verano. Le han encargado a Zeppelin -que es la gran factoría que les fabrica sus productos favoritos, los realities-  una variante o sucedáneo de Gran Hermano que se llama Ex, ¿qué harías por  tus hijos?. Han contratado a diez exparejas, diez que fueron matrimonio en el pasado, que ya se rompieron y pudrieron del todo, y las han reunido en una jaula que les han montado en Fuerteventura. O sea, una ratomaquia pura y dura, en la que los ratoncitos en esta ocasión son divorciados. La gracia, por no decir la canallada, es que asistamos a cómo reviven el mal rollo que les desunió, cómo regurgitan todo aquello que les provocó la traumática ruptura. Decía una: «La causa fue una camarera que medía dos palmos más que yo». Y su ex contestaba: «Es que en casa tú eras la más antisexy del mundo. Todo el día en la cocina con la bata naranja, ¡la puta bata naranja». Otra decía: «La nuestra era una relación a cuchillo». Otro: «El primer año es la hostia, siempre encoñado, pero luego te lo chupan todo y a la puta calle». Otro: «Son como mantis. El macho siempre sale machacado. La hembra solo se siente segura acaparando». Y así mucho rato, vomitando el pútrido recuerdo de su relación. Como en toda buena ratomaquia, el programa les ha metido a todos juntos en un gran dormitorio, lleno de camas y de cámaras ocultas. O sea, albergan la esperanza de que dentro de nada uno de ellos, o varios, se líen con las ex de los otros y se acoplen haciendo edredoning. ¡Ah! Eso a Tele 5 le encabrita mucho. Lo considera definitivo para que la audiencia suba (audiencia que en este primer programa ha sido flojísima, por cierto). Y para que el fango vaya cuajando más deprisa, la presentadora, Emma García, tiene en el plató una parada de criaturas -la mamá de ella, el hermano de él, las amigas de la separada, los amigos del separado- y va hurgando en ellos para que hagan cotilleo dando detalles de la carroña que llevó al divorcio de los que están en la isla.

Lo más infame, hipócrita y mezquino de este programa es que pretenden justificar esta exposición de mugre matrimonial diciendo que darán 100.000 euros a uno de los hijos de los matrimonios rotos. O sea, que este niño, o esta niña, tendrá un dinerito a través del educativo ejemplo de sus padres: verles por la tele -y sus amigos del colegio también-  reviviendo y reactualizando la podredumbre de cuando estaban juntos.